Un grupo de funcionarios y funcionarias de la prisión de El Acebuche vivió un episodio de alta tensión cuando se vieron sometidos a insultos, amenazas y comentarios sexistas por parte de un grupo de internos. Los hechos ocurrieron durante un cacheo rutinario en el módulo 7, conocido por albergar a los internos más peligrosos del centro.
Según fuentes internas, el grupo de funcionarios estaba compuesto en su mayoría por mujeres, lo que desencadenó una serie de agresiones verbales por parte de los reclusos. “Quién pillara ese pulito en la calle”, fue una de las frases machistas dirigidas a las funcionarias. La situación se fue deteriorando progresivamente, incrementándose el desorden y la agresividad de los internos hasta el punto de que los funcionarios se vieron rodeados y fue necesario solicitar refuerzos.
La jefa de servicio intentó en repetidas ocasiones calmar a los internos, sin éxito. Los reclusos continuaron profiriendo insultos sexistas y amenazantes. En un momento dado, algunos internos incluso arrojaron latas de refresco al suelo en dirección a los funcionarios.
Ante esta situación, los sindicatos han alzado la voz reclamando una solución urgente a la saturación del centro. Actualmente, El Acebuche alberga a unos 880 internos, cuando su capacidad es de 800. Según los representantes sindicales, para poder gestionar adecuadamente la prisión y garantizar la seguridad de los trabajadores, sería necesario un incremento de al menos 50 puestos de trabajo.
“Sé en dónde vivís”, fue otra de las amenazas proferidas por los internos, que han sido identificados como los cabecillas de esta mini revuelta. Los trabajadores del centro exigen medidas inmediatas para evitar que se repitan situaciones de este tipo y garantizar la seguridad en el ejercicio de sus funciones.
La situación en El Acebuche refleja un problema mayor que afecta a numerosas prisiones en España: la sobrepoblación y la falta de personal, lo que genera un ambiente de trabajo peligroso y tenso para los funcionarios penitenciarios.
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