En la sociedad actual siempre vamos a encontrar a un amigo, un colega o compañero que nos salve de los malos momentos vividos, de los errores cometidos o de los dineros públicos desaparecidos, cuando no robados con premeditación y alevosía. Y si se es político y con poder para dar cargos, otorgar subvenciones, poner medallas y hacer que hacienda investigue a quien interese, es evidente que siempre va a tener a mano un “pumpido” obediente, una magistrada condecorada, algún exministro que por allí pasaba y dos más que no quieren tener problemas con los poderes de la Moncloa, que al fin y al cabo es quien les ha puesto en el cargo, y dotarles de una buena soldada que sale de los impuestos obligatorios que sacan de nuestros bolsillos.
Y obligar a algo, forzar a algo, imponer algo, más bien se parece a aquellos lejanos derechos de pernada de otros siglos. En estos días esos impuestos que pagamos lo hacemos obligados, los hacemos por “cojones”. Y eso es lo que estamos viviendo con este gobierno y los satélites que le apoyan, lo sostienen y nos sangran. Y no solo en la parte económica.
Según Juan Espadas, líder del Psoe en Andalucía al que su partido le está buscando un relevo, lo mandarán al senado, al igual que hicieron con Susana Díaz, ha manifestado que el Pp está sufriendo una pataleta infantil ante la decisión del Tribunal Constitucional sobre el caso de los Eres andaluces. No sé si es pataleta infantil la que tiene el Pp, pero lo que siente uno es una vergüenza ante lo que está haciendo el Tc con la historia de la mayor estafa cometida en suelo andaluz. Algunos no nos cansaremos de preguntar: ¿Dónde están los millones desaparecidos? ¿Quién los tiene o quién se los ha gastado?
Puedo pensar que Juanma Moreno y algunos de sus consejeros estén con una pataleta infantil, tienen el corazón tan ancho, tan bueno, tan generoso: le dan medallas a las socialistas sevillanas, que no es de extrañar que se sientan niños haciendo el bien a los demás, que no hayan crecido lo suficiente y se crean que están todavía en el mes de mayo, aquel en el que, con caras de no haber roto nunca un plato, le llevaban flores a María y cantaban hermosas canciones de amor.
Más bien creo que lo que ocurre es que los políticos del Pp en la Junta son tímidos, no confundir con timoratos, no se atreven a levantar la voz lo suficiente como para que le oigan alto y claro los ciudadanos de estas tierras.
Que no se empeñen, que Moreno no es Ayuso, que es más bien Soraya.
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