Hace 88 años, en el kilómetro 4 de la carretera de Sevilla a Carmona, fue asesinado por un grupo de fascistas el notario malagueño Blas Infante, elegido por aclamación en la Diputación de Sevilla como presidente de la Junta Regional de Andalucía, germen de la actual Junta de Andalucía.
Almería siempre ha estado implicada en el movimiento por el autogobierno andaluz. Un ejemplo de ello es que acogió el V Congreso de Andalucismo Histórico, celebrado del 26 al 28 de septiembre de 1991, con Pedro Molina García como secretario, quien posteriormente sería rector de la Universidad de Almería. Durante el congreso se aprobaron varias iniciativas relacionadas con Infante y con esta tierra, de especial interés en esta fecha.
Se aprobó hacer un “Llamamiento a los medios de comunicación para que no incluyan términos como «considerado, llamado…» antes de Padre de la Patria Andaluza”, ya que Infante goza de ese título incluido en el Estatuto de Autonomía. Referirse a él usando esas expresiones es tan inadecuado como decir “el considerado presidente del Gobierno” o “el llamado jefe del Estado”.
También en Almería se aprobó “Agilizar los trámites para la revisión de la Sentencia que condenó a Blas Infante”, ya que su muerte no fue un fusilamiento, sino un asesinato. Fue sacado de su casa, retenido en el Cine Jáuregui de Sevilla con otras personas, y finalmente tiroteado y abandonado en una cuneta, sin haber cometido ningún delito contra el régimen legalmente establecido en ese momento, que era el republicano. Casi tres años más tarde, para que los criminales no pudieran ser considerados como tal y eludir cualquier condena, se juzgó a Infante y se le condenó a muerte… cuando ya estaba muerto.
El interés por esta cuestión en las filas socialistas se observa en el hecho de que congreso tras congreso se ha venido solicitando sin éxito, e incluso así se llega a 2001, como al menos se pedía desde 1989. Los distintos gobiernos socialistas de Andalucía y de España hicieron caso omiso a este asunto.
No fue un caso único. El exalcalde de Sevilla, José González Fernández de la Bandera, fusilado en 1936, fue condenado por un tribunal semejante a 20 años y 1 día de cárcel el 9 de octubre de 1942. Por esa razón, desde Almería se solicitaba anular la sentencia contra el Padre de la Patria.
Además, se acordó “Manifestar la satisfacción por el descubrimiento del poema de Asbag Ibn Arqam, visir de Al Mustasin, que describe la bandera andaluza hace novecientos años”. Así, la bandera de Almería, verde blanca y verde, que lució Al Mutasin en la Alcazaba, resultaba ser el precedente más antiguo de la enseña que más tarde sería la andaluza, y que hasta entonces, el propio Infante atribuía a la ciudad de Sevilla.
Aunque se produjeron más acuerdos, cabe destacar uno especialmente curioso: “Solicitar a la Junta de Andalucía que proclame «los derechos nacionales de los andaluces y promover las reformas estatutarias y constitucionales precisas para que nuestro pueblo tenga reconocida su soberanía»”, que contó con 12 firmas, aunque no fue admitida por un Consejo Técnico.
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