En Noticias de Almería hemos estado siguiendo de cerca el interminable culebrón del AVE a Almería, y no podemos decir que nos sorprendamos con el giro más reciente. Durante los últimos dos años, hemos informado con escepticismo sobre el optimismo desbordante del gobierno socialista en cuanto a que la alta velocidad llegaría a la provincia en 2026. ¿Que por qué éramos tan suspicaces? Pues no por ser especialmente listos, sino simplemente porque hemos estado leyendo, con cierta perplejidad, las licitaciones y adjudicaciones que se han ido lanzando para estas obras. Y, francamente, el calendario nunca cuadraba.
Si las cosas salieran como se espera –es decir, sin retrasos, sin sorpresas y sin que a nadie se le ocurra cambiar el proyecto a mitad de camino–, las infraestructuras en la provincia de Almería no estarían terminadas hasta finales de 2026 o, siendo realistas, principios de 2027. Es decir, que los almerienses difícilmente podremos subirnos al AVE antes del año 2027. Y eso, en el mejor de los casos.
Pero no se vayan todavía, que hay más. Porque de poco sirve tener nuestras vías preparadas si las obras en Murcia no están listas también. Necesitamos esa conexión, y sin ella, nuestras flamantes infraestructuras quedarían tan inútiles como una bicicleta sin ruedas.
Recientemente, la visita del ministro de Transporte y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, conocido por su mala suerte ferroviaria, ha dejado claro que el gobierno ya no habla del año 2026 como la fecha mágica. Ahora, el discurso ha cambiado: trabajan para que todo esté listo en esta legislatura, que como bien sabemos, concluye en 2027. En otras palabras, adiós 2026, hola ¿quizás? 2027.
Así que, a los optimistas que esperaban el AVE a Almería para 2023, luego 2026, y ahora 2027, les decimos: crucen los dedos y, por si acaso, no dejen de mirar los plazos, que de promesas está lleno el camino... pero de trenes de alta velocidad, todavía no.