A veces, hay noches que marcan. Noches en las que la música no solo se escucha, sino que se siente en la piel, se cuela por cada poro y se transforma en una experiencia compartida, casi palpable. Eso fue lo que viví anoche en la fiesta de bienvenida de Cooltural Fest, un evento que año tras año ha sabido crecer y consolidarse como una cita imprescindible del verano almeriense.
El Parque de las Almadrabillas, ese rincón que tantos buenos momentos me ha regalado, se convirtió en un escenario perfecto para el arranque de cuatro días de música y celebración. La atmósfera era sencillamente inmejorable, una mezcla de nerviosismo y expectación que envolvía a los asistentes desde el primer momento. La tormenta que impidió la llegada de L.A. desde Mallorca pudo haber sido un presagio, pero lejos de desanimarnos, pareció que el público estaba aún más entregado, como si quisiéramos aprovechar cada segundo al máximo.
Nosoymeri fue la encargada de dar el pistoletazo de salida. Y qué comienzo. Hay algo en ella, en su manera de interpretar, que consigue conectar de inmediato. Quizás es la honestidad que emana de sus letras o esa naturalidad que parece casi accidental, pero que logra crear momentos mágicos. "Magia negra" y "Todo huele a ti" resonaron de manera especial, como si estuviera compartiendo un trocito de su alma con todos nosotros.
Le siguieron Merino, quienes con su energía desbordante nos hicieron bailar y emocionarnos en partes iguales. Sandra Merino, liberada de la guitarra en más de una ocasión, fue la personificación del carisma, una frontwoman que sabe cómo llevar al público de la mano a través de un torbellino de emociones. La intensidad de "Bailando con lobos" o la nostalgia que destilan "Cerca del invierno" y "Demasiado grande" nos recordaron que la música tiene el poder de hacernos sentir vivos.
Nunatak, con su pop-rock versátil, continuó subiendo la temperatura de la noche. Su capacidad para combinar ritmos pegajosos con momentos más íntimos creó una especie de montaña rusa emocional que culminó con "El Grito", un tema que parecía diseñado para ser cantado a pleno pulmón bajo las estrellas. Hubo un momento especial durante "Verte tan bien", justo cuando el sol comenzaba a ocultarse, que me hizo sentir que estaba exactamente donde debía estar, rodeada de personas que compartían mi misma pasión.
Pero lo mejor estaba aún por venir con Ciudad Jara y Despistaos. La banda liderada por Pablo Sánchez nos brindó un concierto que osciló entre la nostalgia y la fuerza, un adelanto de lo que podría ser el próximo regreso de La Raíz. Canciones como "Siglos de golpes" y "Bailé" no solo fueron una explosión de energía, sino también un recordatorio de la importancia de vivir el momento, de bailar aunque sea con la vida misma.
Y, finalmente, Despistaos. Es difícil poner en palabras lo que significan para mí, un grupo que ha sido la banda sonora de tantos momentos. Ayer, celebrar sus veinte años de carrera con ellos fue como un regalo inesperado. Desde los primeros acordes de "Ruido" hasta el cierre perfecto con "Cada dos minutos", hubo una conexión con el público que solo se logra después de años de complicidad y recuerdos compartidos.
Salir del parque anoche fue como despertar de un sueño del que no quería salir. Cooltural Fest no solo nos trajo música; nos regaló una experiencia, un momento en el tiempo que quedará grabado en la memoria de todos los que estuvimos allí. Y esto solo es el comienzo. Con la Ruta Gastromusical y las próximas actuaciones en el horizonte, este festival promete seguir sorprendiéndonos y enamorándonos un poco más cada día. Así que, si aún no has decidido qué hacer este fin de semana, te lo digo yo: ven, vive y siente Cooltural Fest. No te arrepentirás.