¿Tanga, bikini o bañador?

La playa es mi hábitat natural en verano. Como vecina almeriense, estoy acostumbrada a lidiar con el sol abrasador y a disfrutar del mar, la arena y, por supuesto, de los modelitos playeros. Porque seamos sinceros, ir a la playa no es solo cuestión de refrescarse, sino también de mostrar nuestro mejor estilo veraniego.

Empecemos por el tanga, ese pequeño pedacito de tela que ha causado tantas opiniones encontradas. Recuerdo cuando el tanga era casi un tabú, algo que solo veíamos en revistas de moda o en las playas más exclusivas. Pero, ¡vaya cómo han cambiado las cosas! Hoy en día, el tanga se ha ganado su lugar en la maleta de muchas mujeres, incluyéndome. Y es que, seamos realistas, no hay mejor manera de evitar esas antiestéticas marcas de bronceado que un tanga. Claro, también está el tema de la comodidad. Al principio, puede que parezca una prenda incómoda, pero, como todo, es cuestión de costumbre. Al final, te das cuenta de que menos es más, y terminas disfrutando de esa libertad que solo el tanga te puede ofrecer.

Luego está el bikini, el clásico por excelencia. Es la prenda playera que nunca falla y que se adapta a todas. Hay bikinis para todos los gustos y cuerpos: de triángulo, de banda, con push-up, sin aros, con volantes, lisos, estampados... La lista es interminable. Personalmente, soy fan de aquellos que tienen un toque retro, con braguitas de talle alto que nos transportan a los años 50, cuando la sensualidad se mostraba con más sutileza. El bikini es versátil y, a diferencia del tanga, te permite jugar con combinaciones y estilos según te sientas ese día. ¿Qué quieres ir más recatada? Optas por un bikini de cintura alta. ¿Qué te sientes atrevida? Uno de triángulo nunca falla.

Y luego está el bañador, esa prenda que ha resurgido con fuerza en los últimos años. El bañador ha dejado de ser visto como algo anticuado o reservado para nuestras abuelas. Ahora es sinónimo de elegancia y estilo. No sé si es cosa mía, pero un buen bañador negro siempre me hace sentir como una diva de Hollywood. Además, el bañador tiene ese poder de estilizar la figura, de hacernos sentir más seguras. Y, al mismo tiempo, es perfecto para esos días en los que el mar está más bravo y quieres evitar sorpresas con las olas.

Cada prenda tiene su encanto y su momento. Lo importante es sentirse cómoda y segura con lo que llevamos puesto. Al final, la moda playera es como cualquier otra: una forma de expresarnos, de mostrarnos tal como somos, pero con un toque veraniego.

Así que, ¿tanga, bikini o bañador? Mi consejo: ¡atrévete a probarlos todos y a disfrutar del sol, el mar y la arena sin complejos! Porque no hay nada más liberador que sentirte bien en tu propia piel, sea cual sea el modelito que elijas. ¡Nos vemos en la playa!