El análisis de los datos de empleo y la creación de empresas en Andalucía parece una obra de teatro del absurdo. En este escenario, tanto el Partido Popular (PP) de Juanma Moreno, que gobierna la Junta de Andalucía, como el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) de Pedro Sánchez, en el Gobierno central, se atribuyen los méritos cuando las cifras son positivas. Por el contrario, cuando los números son desfavorables, ambos partidos se apresuran a culpar al adversario. Este tira y afloja alcanza su máxima expresión en Almería, donde las mejoras locales contrastan con los datos generales de la comunidad y del país, generando interpretaciones tan estrambóticas como divergentes.
De hecho, hace solo unos días el secretario de Organización y senador por el PSOE de Almería, decía que los datos “demuestran la buena salud de nuestra economía provincial y nacional” y hablaba de la “excelente situación” económica en la que se encuentra España “gracias a las políticas impulsadas por el Gobierno de España”, pero este martes, la noticia es que España pierde 193.704 empleos en el peor agosto desde 2019 y el campo baja del millón de trabajadores por primera vez en al menos 20 años.
Cuando el paro baja en Andalucía, el PP no pierde tiempo en atribuirse el éxito. "Gracias a nuestras políticas, Andalucía está creando empleo y las empresas están creciendo", proclaman. Mientras tanto, desde Madrid, el Gobierno de Pedro Sánchez asegura que las medidas económicas nacionales están dando resultados positivos en todo el país, incluida Andalucía. "Las medidas del gobierno de España están funcionando", afirman desde Moncloa.
Sin embargo, si las cifras de empleo se deterioran, el PP señala rápidamente a las políticas del Gobierno central como responsables del retroceso económico. Argumentan que las decisiones desde Madrid están ahogando el crecimiento económico regional. Por su parte, el PSOE no duda en cargar contra la gestión autonómica cuando los números no son alentadores. "La Junta no está haciendo lo suficiente para capitalizar las oportunidades que brindan nuestras políticas", dicen los socialistas.
En este escenario de disputa, Almería presenta un caso peculiar. Recientemente, la provincia ha mostrado mejoras en el empleo y un aumento en la creación de empresas, mientras el resto de Andalucía no sigue la misma tendencia. Este desajuste territorial añade una capa extra de complejidad a la interpretación de los datos. Con cifras positivas en mano, el PP local alaba las políticas de la Junta como el motor de la recuperación económica en la provincia. Paralelamente, el PSOE en Almería se esfuerza por vincular los buenos resultados a las medidas del Gobierno central, desacreditando cualquier mérito autonómico.
Las cifras a nivel nacional terminan de enmarañar el panorama. Cuando el empleo mejora en Almería pero no en el resto de Andalucía, y las estadísticas nacionales presentan otro cuadro distinto, las interpretaciones de ambos partidos rozan lo surrealista. Los discursos se vuelven tan divergentes que es difícil encontrar un punto de coincidencia. Cada quien acomoda los datos a su conveniencia, dejando al ciudadano común con la sensación de estar en medio de un juego de espejos distorsionados.
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