Recuerdo a mis padres cuando decían que los hijos venían con un pan debajo del sobaco, diga axila, queda más fino. Lo busqué en los de mis hermanos pequeños, y nunca lo encontré. Eso, unido al día en que me enteré lo de los regalos de los reyes, que los compraban papá y mamá, me hizo pensar que mis padres nos engañaban a los críos como a chinos. En aquella corta edad de la infancia, lo de los chinos y las chinas, tres con la que saques, estaba aún muy lejos de la vida que me esperaba en mi juventud.
Luego llegaron los años de mayores, los padres ya no tenían por qué engañar a sus hijos, aunque a veces te hacían sentir que no te preocupabas de ellos lo suficiente y necesario, y creo que en aquellas ocasiones éramos nosotros los que intentábamos tomar el pelo a los viejos. Hoy, sin viejos a los que contar mentiras, con hijos que ya no necesitan que les cuentes milongas, aparece el político como panacea del cuento chino.
¡España va como un cohete! Y los precios de la vuelta al cole, ¿qué? ¿Esos cómo van? Te dicen los economistas que este año cada alumno va a costar su incorporación al colegio sobre los quinientos euros. Para ser exacto, y no me digan que manipulo las cifras, 491 euros va a ser el costo de la vuelta al cole. Nueve menos de la cifra mítica de quinientos.
Está visto que mis padres mentían con lo que cada hijo venía con un pan debajo del sobaco, si quieren lean axila, queda un poco más fino, pero los de ahora, y con lo que cuesta la vuelta al cole, lo del pan ya no se le cree ni el que tenía debajo del colchón para asar la vaca de los eres andaluces. Las familias numerosas de mis tiempos ya no existen, menos mal. Se imagina usted una familia que tiene que mandar a cuatro o cinco criaturitas al colegio, al precio que está hoy en día la vuelta (y eso tras venir de una feria en la que un paseo por la calle del infierno, a seis euros el viaje de crio, los había a siete, dejaba el bolso de la madre y la cartera del padre para el arrastre), no hay familia que lo aguante.
Pero España va como un cohete. Mejor sería decir que los precios de la vuelta al cole este año van como una traca, unos fuegos artificiales y una falla completa y sin premio de consolación.
Pero, y lo guapos y preciosos que están con sus mochilas a la espalda, su cara de sueño en ese primer día y cogidos de la mano de un abuelo al que se le cae la baba viendo a su nieta caminar a su lado. A partir del próximo lunes, volverá esa imagen a primeras horas de la mañana, es el renacer, como cada año, de la esperanza que representan esas miles de criaturas camino de su futuro.
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