Desde este jueves, un tribunal de jurado en Almería se encargará de enjuiciar a un hombre acusado de asesinar a su amigo y terapeuta, quien fue encontrado muerto en su hogar de El Ejido tras recibir tres puñaladas. La Fiscalía provincial solicita una pena de 13 años de prisión para el encausado, al que se le imputa un delito de homicidio y otro leve por hurto, dado que también sustrajo el teléfono móvil de la víctima.
Los hechos ocurrieron durante la noche del 12 al 13 de julio de 2022, cuando el acusado, que ya había visitado anteriormente la vivienda del fallecido para adquirir sustancias estupefacientes, se presentó en el domicilio del hombre. Según la investigación, tras una discusión en la cocina, el acusado apuñaló a su amigo con un cuchillo de cocina, infligiendo dos heridas mortales en el pecho y una tercera en el orificio auditivo derecho, donde quedó clavado el arma.
El crimen dejó a la víctima "tendida en el suelo en medio de un gran charco de sangre", lo que llevó a los agentes a encontrar la vivienda revuelta y con los cajones abiertos dos días después del suceso. El acusado abandonó el lugar llevándose consigo el móvil y las llaves del fallecido con la intención de venderlos.
La investigación policial fue clave para identificar al sospechoso. El rastreo del teléfono móvil robado reveló que fue utilizado al día siguiente por un conocido del acusado, quien admitió haber recibido el dispositivo como parte de un intercambio relacionado con drogas. Este hecho permitió establecer conexiones entre ambos hombres antes y después del crimen.
Además, los investigadores hallaron ADN compatible con el del acusado bajo una uña de la víctima y una colilla desechada cerca del lugar del crimen. Estos elementos fueron determinantes para vincular al sospechoso con los hechos. Se supo también que tanto él como la víctima tenían antecedentes relacionados con problemas derivados del tráfico de drogas.
El acusado ha sido descrito como alguien que atravesaba dificultades económicas y que tenía antecedentes por robo. En sus primeras declaraciones ante las autoridades, reconoció haber tenido un "forcejeo" con la víctima pero argumentó que había estado trabajando en una finca recientemente para justificar las heridas que presentaba.
Entre los aspectos que deberá considerar el jurado se encuentra si el imputado estaba bajo la influencia de sustancias tóxicas durante los hechos o si realmente actuó en defensa propia tras ser atacado por la víctima. La defensa sostiene que fue un caso de "violento forcejeo" donde el acusado intentó salvar su vida.