‘La Verbena de la Paloma’ llega al teatro Apolo

Con el subtítulo de “El boticario y las chulapas y celos mal reprimidos”, ‘La Verbena de la Paloma’ es uno de los grandes títulos referentes de la zarzuela desde que se estrenara en febrero de 1894, hace 130 años. Se trata de un sainete lírico en prosa con libreto de Ricardo de la Vega y música de Tomás Bretón. La acción se enmarca, claro está, en las populares fiestas madrileñas de mitad de agosto, cuando se celebra la procesión de la Virgen de la Paloma. Todo ese marco se evocará este viernes, 18 de octubre, a partir de las 20.30 horas con la compañía de Teatro Lírico Andaluz, en una cita perteneciente a la programación de otoño del Área de Cultura, Tradiciones y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Almería.

Las entradas están teniendo un ritmo de venta muy alto y todavía se encuentran a la venta tanto en la taquilla municipal situada en el Teatro Apolo como en la página web habitual del Área, https://almeriaculturaentradas.es/ y también lo estarán en la noche del espectáculo en la taquilla del propio Auditorio Municipal desde una hora antes de su inicio si quedaran disponibles. Tienen un precio anticipado que oscila entre los 15 y 10 euros para los niveles A y B, que pasarán a ser de 17 y 12 euros, respectivamente, si se adquieren el día del evento.

La compañía de Teatro Lírico Andaluz se caracteriza por una puesta en escena dinámica y divertida, que crea un ambiente de cercanía y complicidad con el público asistente. Es la primera compañía lírica profesional de Andalucía que ha trabajado en todos los teatros de España y también con experiencia internacional en Alemania, Italia, Lituania o Dubai, entre otros. El éxito obtenido ha significado repetir con frecuencia por cada ciudad que pasa, puesto que más de mil representaciones avalan su trabajo.

La sinopsis de ‘La Verbena de la Paloma’ es la siguiente: Es la noche del 14 de agosto, fecha en que se celebra la verbena de la Virgen de la Paloma. Varios vecinos están tomando el fresco en la calle: frente a la botica, Don Hilarión, el boticario, y su amigo Don Sebastián; ante el portal de la casa, el portero y la portera, con un niño dormido en el regazo. En la taberna, sentados a una mesa, el tabernero y dos mozos jugando al tute, mientras la tabernera, Rita, cuida del establecimiento y les sirve algunas copas. Junto a la pared de la taberna se halla sentado Julián, pensativo y triste. En la buñolería, entra y sale gente.

Aparece Julián con el pantalón mordido por los perros de la tía Antonia y peleándose con ella; a su lado, Casta, Susana, dos guardias y un inspector. Cesa el baile y la multitud observa la pelea que se suscita. El inspector impone orden y empieza a interrogar a la tía Antonia; ésta contesta con malos modos y el inspector se enfada.

Cuando la vieja se insolenta también con Julián, el inspector la manda a la prevención con sus perros. Julián se ofrece a ir a la cárcel y Susana, conmovida, se ofrece a ir con él. Este gesto provoca la reconciliación de ambos. Don Sebastián sale fiador del muchacho y el inspector cede, dejando que todos vuelvan a sus casas. Se reanuda el baile y la calma parece restablecida cuando Julián observa la presencia de Don Hilarión y arremete contra él. El viejo se escabulle y huye y el inspector restablece una vez más el orden.