El espionaje es un arte antiguo, pero pocas agencias han logrado destacar tanto como el Mossad, el servicio de inteligencia de Israel. Desde su fundación en 1949, esta institución ha realizado operaciones que no solo han influido en la política israelí, sino que también han dejado una marca indeleble en la historia del espionaje internacional. En este reportaje, analizaremos los orígenes del Mossad, sus métodos operativos, algunas de sus misiones más notables y su relevancia en el contexto geopolítico actual. El Mossad, cuyo significado se traduce como "Instituto de Inteligencia y Operaciones Especiales", surgió en un período crítico para Israel, justo después de su independencia. Su misión principal abarca la recopilación de inteligencia, acciones encubiertas y operaciones de contraterrorismo a nivel global. La dirección del Mossad está bajo la supervisión directa del primer ministro israelí, lo que asegura que sus operaciones estén alineadas con las políticas estatales más amplias. Los agentes del Mossad son conocidos como “Katsas”, muchos de los cuales provienen de las fuerzas armadas israelíes. Estos profesionales son expertos en infiltración y suelen operar bajo identidades falsas. Su éxito radica en un profundo entendimiento cultural y lingüístico de los países donde llevan a cabo sus misiones. Además, el Mossad se apoya en una red extensa de informantes locales, denominados “Zayani”, quienes proporcionan información valiosa para facilitar las operaciones porque son judios nativos de dichos paises, a pesar de lo cual no sirven a los intereses de su país, sino de otro Estado, Israel. Operaciones Icónicas A lo largo de su historia, el Mossad ha llevado a cabo varias operaciones que han captado la atención mundial. Una de las más emblemáticas fue la captura de Adolf Eichmann en 1960 durante la Operación Garibaldi. Eichmann, uno de los principales responsables del Holocausto, había encontrado refugio en Argentina. Su secuestro y posterior juicio en Israel marcaron un hito significativo en la búsqueda de justicia por crímenes contra la humanidad. Otra operación notable fue la conocida como Cólera de Dios, lanzada tras el asesinato de 11 atletas israelíes durante los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972. Esta misión tuvo como objetivo eliminar a aquellos involucrados en el ataque terrorista y generó un intenso debate sobre las tácticas utilizadas por el Mossad, que incluyeron asesinatos selectivos. En 1986, el Mossad llevó a cabo la Operación Vanunu para capturar al científico Mordejái Vanunu, quien había filtrado información sobre el programa nuclear israelí. A través de una estrategia ingeniosa que involucraba seducción y engaño, lograron atraerlo a Roma antes de llevarlo nuevamente a Israel para ser juzgado. La Amenaza Iraní En años recientes, el enfoque del Mossad se ha centrado considerablemente en contrarrestar las amenazas provenientes de Irán. Las relaciones entre ambos países se han deteriorado desde la revolución iraní de 1979, convirtiendo a Irán en uno de los principales objetivos del espionaje israelí. El Mossad ha sido responsable de diversas operaciones clandestinas dirigidas a desmantelar programas nucleares iraníes e incluso ha estado detrás del asesinato del científico Mohsen Fakhrizadeh en 2020 mediante un ataque sofisticado. Desafíos y Fracasos A pesar de su reputación formidable, el Mossad también ha enfrentado fracasos significativos. Uno de los casos más notorios fue el destino del espía Eli Cohen, quien logró infiltrarse exitosamente en el gobierno sirio durante los años 60 pero fue finalmente descubierto y ejecutado. Este episodio subraya los riesgos inherentes al trabajo encubierto y las complejidades que enfrenta cualquier agencia de inteligencia. El legado del Mossad es complejo; aunque ha demostrado ser una agencia eficaz con un impacto considerable en eventos históricos clave, también está rodeada por controversias relacionadas con sus métodos operativos y decisiones éticamente cuestionables. A medida que el panorama geopolítico sigue cambiando rápidamente, el papel del Mossad como actor crucial dentro del ámbito del espionaje global parece asegurado. Su capacidad para adaptarse a nuevas realidades continuará siendo fundamental mientras persigue sus objetivos estratégicos en un mundo cada vez más interconectado y volátil.