Las emociones son parte de nuestra vida: el niño pequeño necesita fuertes lazos con el entorno familiar. La ternura, la protección y el sentimiento de unidad son fundamentales en etapa infantil. Crecer es ir abriéndose a los demás e ir aprendiendo modos de relación en donde, si se educa, se afianza la autoestima. Creo que se afianza nuestra autoestima cuando surgen la compasión, la comprensión, la solidaridad y el respeto a los demás. Desde el respeto y el reconocimiento que recibe el niño surge la comprensión de que él y los demás son personas, y por tanto, tienen una dignidad. Ahora bien, en situaciones conflictivas concretas, ningún principio ni ningún consejo será capaz de frenar las conductas de quienes estén acostumbrados a hacer lo que quieren, porque fueron educados en el individualismo, es decir, en la ilusión de ser el centro de todo.