Se acerca Halloween, esa festividad en la que todos nos transformamos en lo que no somos: brujas, vampiros y hasta algún que otro zombie. En Almería, donde el sol brilla casi todo el año, la noche de los muertos se convierte en un desfile de creatividad y locura. Pero, como joven periodista y amante del buen rollo, me veo en la obligación de hacer una pausa entre tanto disfraz y calabaza para hablar de un tema serio: las lentes de contacto cosméticas.
Sí, esas que prometen convertirte en una criatura mítica o en el personaje más aterrador de la fiesta. ¿Quién no ha soñado con unos ojos de gato o unas esmeraldas brillantes? Pero, ¡ojo! Aquí viene el truco. El Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometristas (CGCOO) ha lanzado una alerta sobre los peligros que conllevan estas lentes si no se compran en lugares adecuados. Y sí, hablo desde la experiencia.
Recuerdo hace unos años cuando mi amiga Laura decidió convertirse en una "chica del horror" para Halloween. Se compró unas lentecitas por internet sin pensar dos veces. La noche fue un éxito hasta que, a mitad de fiesta, empezó a sentir picor y ardor en los ojos. Terminó con lágrimas en vez de risas y tuvo que irse a casa antes de tiempo. ¡Y eso que había hecho un pedazo de maquillaje! Así que ya saben, amigos: las lentejitas pueden arruinar tu noche.
El CGCOO advierte que hasta el 90% de los problemas relacionados con estas lentes vienen por su mal uso o falta de higiene. Es decir, no solo importa cómo te veas; también tienes que cuidar tus ojos. Las lentes son productos sanitarios y deben ser tratadas como tal. No se trata solo de ponértelas y olvidarte; hay un protocolo detrás.
Por eso, si quieres lucir esos ojos espectaculares este Halloween, lo mejor es acercarte a tu óptica más cercana (que en Almería hay muchas) y dejarte asesorar por un profesional óptico-optometrista. Ellos te garantizarán la calidad y adaptación correcta de las lentes. Además, siempre es bueno recordar algunos consejos básicos: lávate las manos antes de manipularlas (sí, aunque estés emocionado), colócatelas antes del maquillaje y retíralas al desmaquillarte.
Y no solo las lentecitas son un riesgo. El maquillaje puede ser otro enemigo silencioso si no está diseñado para los ojos; las pestañas postizas pueden dejar caer partículas indeseadas y las máscaras pueden limitar tu visión (y aquí en Almería sabemos lo importante que es ver bien cuando cruzamos la calle). Así que piénsalo dos veces antes de lanzarte a comprar cualquier cosa por ahí.
En resumen, este Halloween diviértete a tope pero cuida tus ojos como si fueran oro. Porque al final del día, lo único aterrador debería ser tu disfraz —no tus problemas visuales—. Y recuerda: si algo no va bien con tus lentecitas o sientes molestias, corre a tu óptico-optometrista más cercano. Ellos estarán allí para ayudarte a mantener esa mirada brillante sin riesgos innecesarios.
Así que ya sabes: ¡disfruta del terror pero con responsabilidad! ¡Felices sustos!