El acceso a la vivienda se ha convertido en uno de los principales problemas para los españoles y las medidas llevadas a cabo por el Gobierno de Pedro Sánchez han agravado más la situación. Los españoles sitúan la vivienda hoy como el tercer problema en su orden de preocupaciones, cuando en junio de 2018 era su decimosexta inquietud. Y no nos falta razón.
El Gobierno está fuera de la realidad en materia de vivienda (y de otras muchas cosas) y no está planteando la respuesta seria y urgente que se necesita para solucionar ese problema. Al contrario, la Ley de Vivienda aprobada en 2023 por el Gobierno socialista y su mayoría Frankestein ha desplegado unos efectos perversos, ha estrangulado el mercado y protege al ‘okupa’ más que al propietario. Una ley profundamente intervencionista que ha generado una inseguridad jurídica y que, desde luego, no ha conseguido rebajar precios. El Gobierno, siendo uno de los mayores titulares de suelo y de viviendas de España, prometió hace seis años 183.000 viviendas. ¿Dónde están?
Frente a esa política de ‘ensoñación’ hay una más tangible y real, como la que promueve el Ayuntamiento de Almería y su Empresa Municipal de la Vivienda. ‘Almería XXI’ ha conseguido hasta hoy promover casi mil viviendas en el objetivo de favorecer el acceso a los almerienses a una vivienda digna, pública y de calidad y a precios más asequibles. Nuestro objtetivo ha crecido en estos meses y enfrentamos, de aquí a 2027, a la construcción de 600 viviendas, un tercio de ellas en régimen de alquiler. Son casi el doble de las comprometidas por nuestra alcaldesa, María de Mar Vázquez, en campaña electoral, muy consciente de las necesidades que en esta materia existen para una ciudad que, además, sigue creciendo, superados ya los 203.000 habitantes.
Compromiso extendido también ahora al inicio de las obras de rehabilitación de ‘El Patio’, en Pescadería, otra promesa que se hará realidad, tan real como aquellos días en los que un derrumbe llevó a muchos vecinos a la calle y a la Junta del Psoe a no perdonar, si quiera, la factura de sus realojos.
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