Los países nórdicos han tomado medidas contundentes para garantizar la preparación y autosuficiencia de sus ciudadanos frente a las amenazas contemporáneas. Suecia y Finlandia lideran estas iniciativas, promoviendo estrategias que combinan una sólida defensa nacional, educación cívica y protocolos de respuesta rápida ante emergencias. A través de guías distribuidas masivamente, estas naciones buscan fortalecer la resiliencia social en un contexto global marcado por tensiones geopolíticas, desastres climáticos y riesgos tecnológicos. Suecia: fortaleciendo la autosuficiencia civil El pasado lunes, los hogares suecos comenzaron a recibir el manual “Si la crisis de la guerra llega”, un documento elaborado por la Agencia Sueca de Contingencias Civiles (MSB) para preparar a la población ante escenarios de guerra o crisis diversas. Este manual, que había sido distribuido previamente durante la Segunda Guerra Mundial y actualizado en 2018, ahora refleja un panorama de seguridad más complejo y volátil. Contenido del manual Instrucciones detalladas para afrontar eventos como ciberataques, apagones, sabotajes a infraestructuras críticas y ataques terroristas. Consejos prácticos para garantizar la supervivencia durante una semana sin ayuda oficial, incluyendo el almacenamiento de agua, alimentos no perecederos, velas, dinero en efectivo, radios a pilas y suministros de higiene básica. Guías para identificar refugios ante ataques aéreos o nucleares, así como recomendaciones para evitar caer en la trampa de la desinformación. La iniciativa sueca pone énfasis en la autosuficiencia ciudadana como una pieza clave para permitir que las autoridades se concentren en mitigar los impactos más inmediatos de las emergencias. La defensa psicológica, incluida la lucha contra la propaganda y el manejo de la ansiedad, es otro pilar del plan, con consejos para mantener la calma y ayudar a los niños a comprender las situaciones de crisis. Finlandia: un modelo integral de seguridad nacional En paralelo, Finlandia lanzó una guía en línea titulada “Preparación para emergencias y crisis”, un paso más en su Estrategia Integral de Seguridad. Este modelo, perfeccionado desde la Guerra de Invierno (1939), asigna responsabilidades compartidas entre autoridades, empresas, ONG y ciudadanos para garantizar la continuidad de las funciones vitales del país ante cualquier amenaza. Cifras que avalan la preparación finlandesa Un ejército con 280.000 efectivos activos y 900.000 reservistas, alimentado por el servicio militar obligatorio. Más del 80% de los finlandeses están dispuestos a defender a su país con armas, según datos del Ministerio de Defensa. El 58% de la población cumple con las recomendaciones de almacenamiento de suministros esenciales. Kimmo Kohvakka, director general de los servicios de rescate del Ministerio del Interior, subrayó que la preparación no solo es una habilidad, sino un valor cívico en el actual contexto mundial. Este enfoque fortalece la cohesión social y asegura que el país pueda recuperarse rápidamente de cualquier adversidad. Lecciones para Europa y el resto del mundo La experiencia de los países nórdicos contrasta con la falta de preparación en gran parte de Europa, donde, según el ex primer ministro finlandés Sauli Niinistö, la mayoría de los ciudadanos no cuenta con los suministros necesarios para sobrevivir 72 horas en una emergencia. Este déficit ha llevado a que Finlandia impulse un informe con propuestas para que la Unión Europea adopte una cultura de resiliencia similar. Otros países del norte, como Noruega y Dinamarca, también han lanzado campañas para educar a sus ciudadanos sobre cómo afrontar crisis prolongadas. Estas estrategias no solo buscan la autosuficiencia, sino también evitar el caos social y permitir que las autoridades enfoquen sus recursos en las amenazas más críticas. Un cambio necesario ante un mundo inestable La publicación del manual sueco y la estrategia finlandesa coinciden con eventos recientes que subrayan la fragilidad del orden global. Los ataques a infraestructuras submarinas en el Mar Báltico, el uso de misiles estadounidenses en territorio ruso por parte de Ucrania, y la nueva doctrina nuclear de Rusia, que contempla respuestas atómicas a ataques convencionales, son solo algunos de los indicadores de un panorama más peligroso e incierto. Suecia y Finlandia, tras abandonar su tradicional neutralidad militar, han demostrado cómo la preparación cívica y la integración de la población en las estrategias de defensa nacional pueden ser un modelo a seguir. A medida que Europa enfrenta nuevos desafíos, la resiliencia nórdica se posiciona como un faro de referencia para garantizar la seguridad y estabilidad del continente.