Humor, música en directo, circo y tecnología puntera. Esos son los cuatro pilares con los que vibró el público que asistió a ‘Control Freak’, con la compañía de Kulu Orr, y que se pudo disfrutar anoche en el Teatro Apolo gracias al ciclo Delicatessen de Axioma Teatro. Una propuesta que forma parte de la programación trimestral de otoño del Área de Cultura, Tradiciones y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Almería.
El corazón de ‘Control Freak’ late con una serie de elaborados arreglos musicales de composiciones atemporales: desde Bach, Beethoven y Pachelbel a Nina Simone, los Beatles y muchos más. Toda la música siendo tocada y mezclada en directo, utilizando ‘loops stations’, controlados con los pies.
Kulu Orr es director y artista multidisciplinar con sede en Israel y Europa. A lo largo de los últimos 25 años se ha formado y entrenado intensamente en dos campos: por un lado, teatro, artes circenses y música y, por el otro lado, física informática y creación audiovisual. ‘Control Freak’ viene a ser el resultado de más de dos décadas de exploración e investigación. Cuenta con títulos académicos en física y matemáticas, trabajando como líder de un equipo de I+D de alta tecnología y acumula una serie de producciones teatrales exitosas que han valido distintos reconocimiento en todo el mundo como el Premio del Público en el Festival de Birmingham, el premio del ACT Festival o distintas recomendaciones, como la realizada por la Red Nacional de Teatros.
La historia parte de un personaje gracioso y conmovedor que interactúa con el público, mientras lucha con su ineptitud social y con los complejos sistemas en el escenario. Finalmente logra tocar música en directo a la vez que demuestra habilidades circenses, controla la iluminación y edita vídeo en directo. Para ello, sacó voluntarios del público para meterlos en una vorágine orquestal y, al final, todos acaba siendo parte del proceso creativo musical.
De este modo, el espectáculo combina humor inteligente y tecnología puntera: el artista lo controla prácticamente todo dentro y fuera del escenario, a través de accesorios digitales y ordenadores en el traje del actor. Los instrumentos utilizados son únicos y han sido desarrollados a lo largo de los últimos 18 años.