El equipo de NanoRob Hadrones, compuesto por tres jóvenes talentos de Almería, Pepe y Diego Benavides junto a David Valverde, ha logrado un hito significativo en la historia de la robótica educativa en España. Estos jóvenes alcanzaron la mejor clasificación nacional en la categoría Senior durante la World Robot Olympiad (WRO), además de conseguir el mejor puesto del país en la categoría RoboMission. Este logro se produce tras haber ganado el campeonato de España, lo que les permitió participar en este evento internacional celebrado del 28 al 30 de noviembre en ?zmir, Turquía. Su actuación no solo se destacó por su rendimiento técnico, sino también por el enriquecedor intercambio cultural con equipos de diversas partes del mundo.
La participación de NanoRob Hadrones en la WRO TÜRK?YE 2024 deja una huella que va más allá de los números. Los integrantes del equipo representaron a España con orgullo, vistiendo los colores de la bandera nacional y demostrando que el ingenio puede rivalizar con grandes recursos. Además, establecieron que la robótica es una herramienta clave no solo para la innovación tecnológica, sino también para fomentar conexiones humanas.
Reflexiones sobre el viaje
Como expresan los protagonistas: “Nuestro viaje no terminó con la puntuación final. Lo que aprendimos y vivimos en Turquía es algo que nos acompañará siempre”. Con esta experiencia como motor, el futuro de NanoRob Hadrones se vislumbra tan prometedor como las innovaciones que planean desarrollar con sus robots. El camino está claro: continuar innovando, aprendiendo y conectando.
La WRO es uno de los eventos internacionales más destacados en el ámbito de la robótica educativa, donde convergen jóvenes talentos para enfrentar desafíos técnicos y creativos dentro de un entorno competitivo. Este año, organizada por la Science Heroes Association, la edición de ?zmir reunió a 104 equipos provenientes de más de 40 países, destacándose una amplia representación de Asia y Latinoamérica, regiones reconocidas por su excelencia tecnológica.
Una experiencia inolvidable
El ambiente en ?zmir combinó la tensión del reto técnico con un espíritu de camaradería entre los participantes, convirtiendo esos días en una experiencia memorable para NanoRob Hadrones. “Al final, lo más valioso no fue la puntuación, sino los amigos que hicimos por el camino”, comentan los miembros del equipo, cuya mesa de trabajo se transformó en un espacio multicultural junto a equipos provenientes de Costa Rica, Ghana, Palestina y Rumanía.
El formato del evento incluyó tres días intensos. El primer día consistió en preparativos donde los equipos calibraron sensores y ajustaron programas. Para NanoRob Hadrones, esta jornada fue crucial: “Pusimos a punto todo para las rondas oficiales y detectamos los primeros fallos. Aunque no contaba para puntuación, fue un ensayo decisivo”.
Desafíos técnicos
El segundo día marcó el inicio real de la competición; cualquier error podría costar puntos valiosos. La estrategia del equipo era asegurar una primera ronda sólida para ganar confianza. Sin embargo, enfrentaron un problema mecánico con el brazo del robot que puso a prueba su resiliencia. “Tuvimos que reorganizarnos tras un primer intento fallido; sin embargo, logramos un éxito rotundo en nuestra segunda ronda: alcanzamos nuestra máxima puntuación de 110 puntos sobre 145 posibles”, explican.
El tercer día presentó un nuevo desafío diseñado por los jueces con solo diez minutos para prepararse. Aquí, la rapidez para formular estrategias fue esencial. A pesar de algunos errores iniciales en programación y tiempo limitado para ajustes, mantuvieron su competitividad logrando una puntuación final de 83 puntos. Esto les permitió cerrar el evento ocupando el puesto 37, el más alto alcanzado por un equipo español en esta categoría dentro de la historia de la WRO.
Un contexto desafiante
Competir contra equipos procedentes de países como Japón, Singapur y Malasia —donde la robótica educativa cuenta con apoyo institucional y privado significativo— añadió un nivel adicional de dificultad al desafío. “Nos enfrentamos a rivales que a veces participaban con varios equipos por país; nosotros éramos el único representante español”, destacan.
A pesar de ello, NanoRob Hadrones no solo se posicionó como el mejor equipo español del año; también se erigieron como un ejemplo claro de cómo ingenio y dedicación pueden superar barreras logísticas y limitaciones económicas.
Más allá de una competición
Más allá del resultado obtenido, los integrantes resaltaron el espíritu colaborativo y amistoso que caracterizó toda la competición. “Conocimos a personas increíbles alrededor del mundo y compartimos mucho más que trucos técnicos; fue realmente una lección vital”, afirman.
Entre otros momentos memorables se encuentran las interacciones con delegaciones latinoamericanas donde discutieron desde estrategias técnicas hasta aspectos culturales propios. Este intercambio humanizó aún más el ámbito robótico, subrayando que el verdadero valor radica en conectar jóvenes provenientes de diferentes culturas bajo una meta común.
Miras hacia adelante
Con miras puestas en futuras competiciones, NanoRob Hadrones regresa a España satisfecho por lo logrado y ansioso por aplicar lo aprendido en sus próximos proyectos. “Hemos comprendido mejor nuestras fortalezas así como áreas a mejorar tanto técnica como administrativamente”, aseguran.
Además enfatizan la necesidad urgente de recibir mayor apoyo para consolidar a España como referente en competiciones internacionales relacionadas con robótica: “Contamos con talento; sin embargo necesitamos visibilidad y respaldo”, recalcan instando a instituciones y empresas a invertir en estas iniciativas.
La noticia en cifras
Cifra |
Descripción |
110/145 |
Puntuación máxima alcanzada |
37 |
Posición final del equipo |
104 |
Número de equipos participantes |
40+ |
Número de países representados |