Dejé la taha de Terque hace unos días para disfrutar de las luces de navidad de la capital. La plaza de la Catedral luce como en sus mejores años, me ha gustado la decoración de la Puerta de Purchena, con la colaboración de la Casa de las Mariposas y la de Gestoría Arcos. Sobra, según mis pocas luces, el pino de colores, que nada aporta a la sensación creada. Era una alegría ver jugar y bailar a los críos, y a los padres, a las veinte horas bajo el paraguas de luces de la Catedral. Seis minutos y a seguir la noche. Y digo yo (metiéndome en aguas que no son las mías, ya que dicen que tenemos a los mejores y más listos en el ayuntamiento), ¿no se podía aumentar las veces que unos altavoces nos ofrecen cada día vivir esos momentos de navidad, con nuestro David de protagonista?
Cambio la cueva del pueblo con el Senior, y estaba interesado en saber cómo llevaban la nueva historia del registro de viajeros puesto en marcha por el gobierno de Pedro, y que era de obligado cumplimiento a partir del dos de diciembre. Si no recuerdo mal, era el trece, vaya día que aproveché para darme una vuelta por la Almería de María. No te recuerdan con cariño los comerciantes del Paseo y aledaños, están compungidos con tus obras, tus promesas y los recortes en las terrazas durante ¿cuantos meses? Las obras de los políticos se saben cuando comienzan, pero acabar, ahí tienen las obras del propio ayuntamiento.
Hablo con recepción, y me intereso por la ley de Marlaska. Han pasado diez días y nada saben, no han recibido comunicación sobre el tratamiento que tienen que dar a los viajeros. Si son más tontos estos que nos gobiernan, los hacen ministros eternos, y algunos así nos lo parecen. Hacen leyes que después tienen que cambiar, pues van contra todo lo que dicen defender. Si es que son… Dios, lo que tenemos que soportar. Y dicen que no tienen asesores.
Por la noche acudíamos al Port, la noche de Tote de Simón nos ofrecía tres voces de las que disfrutar, y bien que se hizo, y una cena exquisita. El lugar, las voces, la copa, los amigos nos llevaron a una navidad americana de los años treinta-cuarenta. Sentados frente al puerto, solo nos faltaba que algún día la muralla que nos separa de las aguas deje de ser una realidad ante nuestros ojos.
Me ha gustado la iluminaria de Navidad de este año, María. Noto que a los comerciantes les falta comunicación contigo, que o no hablan demasiado, también es posible no les escuchas lo suficiente. Lo mismo hay que encerrarse menos, y que no sean tus satélites los que pongan la cara, que lo hagas tú, que al fin y al cabo fue a quien votaron. No hagas como Sánchez y Marlaska, que hacen las leyes y las tienen que cambiar antes de que entren en vigor. Hablar con la gente no es malo, lo es hacer las cosas a sus espaldas, sin darles explicaciones, y esa es una norma que tenéis a gala los políticos, todos los políticos en cuanto estáis sentados en el sillón y con la vara de mando en vuestras manos.