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50 años del inicio de la Transición política
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(Foto: malasombra)

50 años del inicio de la Transición política

Por Rafael Leopoldo Aguilera
miércoles 08 de enero de 2025, 11:32h

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Los españoles ya estamos reconciliados. Lo hizo una abrumadora mayoría, tanto por las Cortes Generales del anterior régimen político – Procuradores- como tras el mismo con la Transición política y la promulgación de la Constitución de 1978 – Diputados y Senadores-. Lo que ha aprobado el Gobierno es un relato de resentimiento que amenaza el año 25, un paquete vulgar de odio y presentismo, esa traca final de la izquierda y extrema izquierda que tiene además tres cargas de profundidad inevitables: la salvación histórica de ETA, el independentismo de Cataluña y el derribo de la Monarquía.

Es bien sabido por todos que celebrar en este 2025 «España en libertad» con cien o más actos es solo el subterfugio para celebrar la muerte de Franco y también la penúltima de las mentiras de quien los promueve, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Ni la libertad empezó en España hace cincuenta años ni desenterrar el espectro de Franco logrará dividir a los españoles en dos bandos, como es su propósito. Con su «a moro muerto, gran lanzada» no hace Pedro Sánchez sino recordar una desdichada realidad: el prolongado fracaso de la oposición para acabar con un dictador decrépito y sanguinario que murió en la cama y la soledad y sacrificio de los pocos y heroicos luchadores que lo combatieron.

Con la Guerra Civil perdida para la República, el presidente Manuel Azaña pronunció su célebre «Paz, piedad, perdón». Dirigió esas palabras a todos los españoles, sin distinción de bandos. Sabía que ese era el único camino de la reconciliación tras una guerra que había abierto heridas muy hondas en todas las familias españolas, en un país partido por la mitad. Casi noventa años después el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha decidido hacerlas suyas, pero con un planteamiento guerracivilista ya olvidado que viene a decir: «Ni paz ni piedad ni perdón; perdón solo para los nuestros, piedad únicamente para los míos y paz para nadie».

Llegó a la Moncloa enfrentando a todos con todos y hoy como entonces camina apoyado en la muleta de la mentira. Sus siete años de Gobierno han sido los de la corrupción política e institucional más grave de nuestra democracia. A ella ha sumado ahora la mistificación histórica y su miserable recurrencia a la Guerra Civil y a la «memoria histórica», consistente en olvidar lo que no le aprovecha y recordar únicamente lo que le conviene. A un tiempo muro y cortina de humo. Un muro entre españoles y la cortina con que trata de ocultar toda su miseria personal, política y moral, y la de su entorno, y cuantos procesos judiciales lo acorralan por corrupción.

La inmensa mayoría de los españoles decidió dejar atrás definitivamente una guerra y una dictadura en la que no pocas de sus víctimas habían sido victimarios, en la que el dolor de unos no se podría comprender ni perdonar sin perdonar y comprender el de los otros. Quienes habían perdido la guerra renunciaron a la venganza y quienes la habían ganado, al poder que disfrutaban.

Sin memoria no hay justicia y sin olvido no hay paz. Reparar solo a unas víctimas es despertar en las otras los agravios, y olvidarse de estas, la mayor de las injusticias. Las víctimas son de todos, la memoria es personal e intransferible y la verdad es una tarea común.

De este manifiesto suscrito por ochenta y siete intelectuales, políticos, periodistas, profesores universitarios y artistas en el que, bajo el título Contra Franco. La Constitución es la única celebración posible, aunque le sobra “Contra Franco”, porque también deberían de haber puesto “Contra Largo Caballero”, “Contra Negrín”…, hacen un llamamiento a la ciudadanía, y en especial a las fuerzas políticas, a boicotear cuantos aquelarres promuevan en torno a Franco aquellos que dicen celebrar la libertad echando mano de la discordia, su mayor amenaza, y de la reconciliación, promoviendo el encono civil.

Conmemorar la muerte de alguien es alegrarse de su muerte, en este caso por razones políticas, lo que considero un delito de odio. La muerte se llora en funerales, no se celebra con ignominia. Considero que el Ministerio Público debería de abrir al Gobierno diligencias por delito de odio. Nunca me he sentido “franquista” porque aquel régimen fue fruto de una contingencia histórica excepcional, espero que irrepetible. Pero si defender el honor de los hombres y mujeres que sirvieron a España aquellos años.

Acabamos de vivir las Navidades, y siempre recuerdo un hecho dramático que no está dentro de la memoria democrática ni histórica, cuando hace 89 años el alcalde de Lérida, Joan Rovira i Roure, fue fusilado por organizar la cabalgata de Reyes Magos en 1936 por la Generalitat de Companys, al incumplir las órdenes anticatólicas impuestas que prohibía todo festejo relacionado con la Navidad.

Finalizó con algunos párrafos que se encuentran recogidos en la memoria narrativa literaria que terminarán por prohibir su lectura de este tipo de textos amanuenses-: “Ya sé que ustedes son adictos a Franco. Yo soy comunista; pero admiro a ese hombre por su tesón y entrega por el bienestar de España” Enrique Lister General del Ejército Popular de la República; “En el orden social y humano, Franco ha triunfado: primero, porque ha logrado la superioridad moral en el exterior y en el interior” General Vicente Rojo (Jefe del Estado mayor del ejército de la República); “Franco y España son sinónimos y significan lo mismo para todo buen español, puesto que sin Franco hubiera muerto en el verano de 1936 y hoy España sería una república soviética” Enrique Jardiel Poncela; “Admiraba a Franco como general, pero ahora le admiro también como estadista” Dwight D. Eisenhower; “Franco pensó solo en España y en los intereses españoles. Nunca se dejó arrastrar por la gratitud hacia Hitler y Mussolini por la ayuda prestada. Tampoco sintió ninguna animosidad contra Inglaterra por la hostilidad demostrada por nuestros partidos de izquierda” W. Churchill;…hasta la ONU guardó un minuto de silencio cuando falleció confortado por los Santos Sacramentos y la bendición Apostólica.

En conclusión, la inteligencia, para algunos, consiste en que te dejes pisotear con servilismo y mansamente por el Estado que tú pagas, con tal de no darle razones a esta progresía bolchevique para que te siga pisoteando. La historia nos enseña que esa es la mejor manera de conseguir que acaben contigo. Tu nación, tu país, tu patria….hay verdadero interés en el mundo laicista por relegar al ámbito privado la visión cristiana de nuestra propia historia, al igual que lo intentan con nuestra fe. Paz y Bien.