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Instalaciones, precios o formas de pago, claves en la información previa antes de contratar un gimnasio

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Tras el periodo navideño, uno de los propósitos más habituales es el de comenzar una rutina deportiva. Por ello, el arranque del año suele caracterizarse por un auge puntual de contrataciones de los servicios de gimnasios.

Desde la Dirección General de Consumo de la Junta de Andalucía, se comparten una serie de consejos prácticos para quienes estén considerando inscribirse en un gimnasio. Como en cualquier decisión de consumo, disponer de información adecuada es clave para tomar la mejor decisión.

Antes de contratar un gimnasio, es fundamental comparar opciones considerando aspectos como ubicación, instalaciones, precios y servicios adicionales, como la disponibilidad de parking. Realizar una visita al establecimiento permite valorar elementos esenciales como la limpieza, el estado de los vestuarios, la existencia de taquillas y la calidad de las instalaciones. Además, se debe verificar que el gimnasio disponga del obligatorio seguro de responsabilidad civil y que cuente con personal cualificado, especialmente en el caso de monitores y entrenadores.

Es imprescindible analizar detalladamente las condiciones del contrato, especialmente en gimnasios de bajo coste (low cost). Algunos puntos clave incluyen comprobar si se solicita el pago de una matrícula, las modalidades de pago –recomendándose optar por pagos periódicos para evitar problemas en caso de cierre inesperado– y la inclusión o no de servicios como taquillas o parking en la tarifa.

Además, los gimnasios deben informar de manera visible y en castellano sobre sus tarifas y las actividades que ofrecen. Si hay promociones de bienvenida, es importante revisar la letra pequeña y confirmar si éstas están asociadas a cláusulas como permanencias o posibles penalizaciones en caso de cancelación anticipada.

De acuerdo con la normativa, la publicidad y la información precontractual deben ser claras y veraces. Cualquier promoción publicitada por el gimnasio vincula a la empresa, por lo que resulta aconsejable conservarla como respaldo en caso de reclamaciones.

Puede resultar orientativo consultar los comentarios en internet realizados por otras personas acerca del gimnasio en el que la persona consumidora estuviera interesada.

Por último, optar por un gimnasio adherido al Sistema Arbitral de Consumo puede ofrecer mayor tranquilidad, al proporcionar un mecanismo ágil y gratuito para resolver los conflictos que puedan surgir.

Con estas recomendaciones, la Dirección General de Consumo anima a las personas usuarias a informarse y tomar decisiones responsables para disfrutar de una experiencia deportiva segura y satisfactoria.

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