Santiago Abascal, líder de Vox, ha asistido hoy a la toma de posesión de Donald Trump como el 47º presidente de los Estados Unidos. Rodeado de figuras de la llamada "internacional conservadora" como Viktor Orbán, Giorgia Meloni, Javier Milei y Nayib Bukele, Abascal se codea con quienes comparten su visión ultraconservadora del mundo. Mientras tanto, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, observa desde la distancia, etiquetando a este grupo como parte de una "internacional reaccionaria".
Es innegable que estos líderes han cosechado éxitos electorales en sus respectivos países. Sin embargo, en España, Abascal parece estar estancado, disfrutando de una presencia política mayor que hace 15 años, pero sin lograr avances significativos en el panorama electoral actual.
Lo paradójico es que esta "internacional conservadora" se presenta como adalid de la libertad económica. Sin embargo, las primeras acciones de Trump en su regreso al poder incluyen la imposición de aranceles que afectan directamente a productos andaluces, especialmente el pimiento almeriense. Andalucía, y en particular Almería, lideran la exportación de este producto, y las medidas proteccionistas de Trump suponen un duro golpe para los agricultores locales, pero a Abascal, ésto le importa un pimiento.
Si aplicáramos al pie de la letra las políticas que defiende Abascal y sus aliados, nos enfrentaríamos a un desastre económico... o al menos acabaríamos en régimen absolutamente distinto al que dicen defender: el capitalismo. El proteccionismo y la construcción de barreras comerciales llevan a la autarquía, un modelo insostenible para un país como España, cuya economía depende en gran medida de las exportaciones agrícolas.
La esencia del capitalismo que tanto pregonan se basa en el libre comercio y la interdependencia entre estados, por eso es también la mejor manera de evitar guerras, como de modo clarividente pensaron quines crearon, primero la Comunidad del Acero y el Carbón, luego, la Comunidad Económica Europea, después Comunidad Europea a secas, y ahora Unión Europea, y aquellos antiguos enemigos de la II Guerra Mundial, acabaron siendo aliados y otorgando a la "vieja Europa" una etapa de larga prosperidad.
Levantar muros económicos, al igual que físicos, contradice estos principios y amenaza la prosperidad de territorios como Almería. Pero ya ven, Vox defiende que no se regularice a inmigrantes, al tiempo que sostienen que son los grandes defensores del mundo agrícola... pero todas las asociaciones agrarias -todas- sostienen justo lo contrario. Es tanto como escuchar a Abascal criticar a las "élites" sentado a la mesa -es un decir- con presidentes de gobierno y con los CEO de las principales empresas del mundo, y entre ellos los hombres más ricos del mundo ¿es que eso no son élites? ¿Es que hay algo más globalista que X, Facebook, Whatsapp, Instagram, Tik Tok, Apple, Amazon, Google..?
Pero, claro, para algunos, estos detalles les importan un pimiento.