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Jóvenes en riesgo de exclusión social descubren el vóley gracias a AFINSA

Jóvenes en riesgo de exclusión social descubren el vóley gracias a AFINSA

Una experiencia transformadora que promueve la inclusión y el desarrollo personal a través del deporte, creando lazos y oportunidades para jóvenes vulnerables

miércoles 29 de enero de 2025, 15:02h

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AFINSA, la Asociación para la Formación y la Integración Social Almeriense, lleva ya un buen rato en esto, ¡nada menos que veinticinco años! Su labor solidaria es impresionante y está llena de historias de vida que emocionan. Unicaja Costa de Almería decidió darles un empujoncito y mostrarlo al mundo. Así que el pasado sábado, el Moisés Ruiz, ese lugar tan querido por los ahorradores, abrió sus puertas a un grupo de jóvenes que AFINSA apoya día a día en su camino hacia el futuro. Y claro, después de vivir esta experiencia, ya son parte de esa ‘familia verde’, porque se conectaron rapidísimo con el equipo y el vóley.

Ana Belén Fuentes, la directora del Centro de Menores ‘El Saltador’, lo confirma: “Les ha encantado la experiencia”. De hecho, “al día siguiente estaban jugando al vóley”. Se lo pasaron genial y al final del partido también disfrutaron charlando con los jugadores. En resumen, fue “una iniciativa y una oportunidad muy positiva”, así que “agradecemos la sensibilidad del club Unicaja Costa de Almería hacia el fomento de la integración social y personal en estos menores que están en riesgo de exclusión social”, añade Ana Belén.

Más que solo deporte

No se trata solo del espectáculo deportivo; también se busca “promover un estilo de vida saludable y fomentar la socialización entre iguales, para que nuestros menores se sientan parte de una comunidad”. Esto ha sido clave para cumplir sus objetivos prioritarios: “Nos enfocamos en atender integralmente sus necesidades educativas, emocionales, sociales y sanitarias mediante un enfoque educativo personalizado y una intervención multidisciplinar”. Llevan veinticinco años ayudando a cientos de niños y adolescentes “a contribuir a una sociedad más justa y prometedora”.

Sus herramientas son “la formación y la educación en valores. Nos hemos convertido en el apoyo emocional y afectivo que necesitan para seguir creciendo y desarrollándose”, cuenta Ana Belén. “Atendemos a una amplia población, desde cero hasta dieciocho años, con características psicosociales muy diversas”, puntualiza. Esto incluye desde casos de abandono o desamparo hasta problemas comportamentales o cognitivos. Está claro que “las necesidades están orientadas a cubrir aspectos básicos”.

Un entorno seguro

Se refiere a “educativos, emocionales y sociales”, pero también quiere resaltar esos pequeños aportes que vienen de otras entidades externas: ONG, empresas y voluntarios que ayudan con material o actividades. El objetivo principal es proporcionar a estos menores un entorno seguro, estructurado y enriquecedor que les permita cubrir todas sus necesidades básicas. Así pueden desarrollar sus capacidades personales, educativas, sociales y emocionales mientras se preparan para integrarse plenamente en la sociedad.

Como ejemplo tenemos la historia de Youssef: llegó al centro cuando tenía nueve años. Desde siempre había vivido en la calle; su madre había fallecido y quedó bajo el cuidado de su abuela. Su padre volvió a casarse y tuvo más hijos, dejándolo atrapado en un ciclo de abandono. Comenzó su viaje migratorio siendo muy pequeño; atravesó varios países e incluso el desierto antes de llegar a diferentes centros de acogida.

Cambio positivo

Youssef nunca encajaba porque no lograba adaptarse ni al nuevo entorno ni al colegio; su comportamiento empezó a deteriorarse y eso le dificultaba hacer amigos. Se convenció de que no le importaba a nadie hasta que llegó a ‘El Saltador’. Cuando entró estaba lleno de ira y tristeza; se aislaba completamente y rechazaba cualquier intento de acercamiento afectivo. Su única compañía eran los dibujos que hacía en su cuaderno.

Un educador vio su talento para dibujar como una forma de expresar todo ese dolor interno: aunque su camino siguió siendo complicado, empezó a mostrar esperanza usando colores. Por primera vez tenía ganas de quedarse en el centro. Finalmente estudió técnico de Enfermería y está muy agradecido por todo lo vivido allí.

Compromiso continuo

Esta historia es solo una muestra más del trabajo acumulado por AFINSA con sus programas destinados a acoger y proteger a menores vulnerables ante cualquier medida del Servicio de Protección Administrativa Pública. Se encargan tanto de tutelas como guardas, asegurando atención integral y garantizando los derechos infantiles.

Está claro que sus actividades son variadas: ofrecen talleres sobre autoestima, habilidades sociales o resolución de conflictos; refuerzo escolar; actividades recreativas; deportivas; orientación laboral; terapia familiar; participación en actividades interculturales… ¡Una gran variedad para ayudarles!

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