Juan García-Gallardo, exlíder de Vox en Castilla y León, ha negado la versión oficial de su partido respecto a su salida. En particular, se refirió a su negativa a firmar la expulsión de dos procuradores díscolos de la región y aclaró que las discrepancias con la dirección nacional son mucho más profundas.
En una entrevista con COPE, García-Gallardo confirmó que se opuso a la expulsión de estos miembros, quienes habían solicitado mayor democracia interna y un cambio en la afiliación del grupo parlamentario europeo. Aclaró que atribuir su dimisión únicamente a esta situación no es correcto.
Detalles sobre las discrepancias
El exlíder regional reveló que Ignacio Garriga, vicepresidente y secretario general del partido, le dio una indicación contundente para que firmara la expulsión. Según sus palabras, le dijo que “o firmaba o estaba fuera”, lo cual consideró como “la gota que colmó el vaso” en un contexto de diferencias más amplias.
Respecto a estas discrepancias, García-Gallardo mencionó problemas organizativos entre la dirección nacional y los representantes regionales. También indicó que fue excluido de negociaciones directas sobre asuntos cruciales que afectaban al gobierno de coalición con el PP en Castilla y León.
Reacciones y futuro
El exvicepresidente de Castilla y León enfatizó que estas tensiones han estado presentes durante un tiempo considerable, sugiriendo que su salida es solo un síntoma de problemas más grandes dentro del partido. La situación actual podría tener repercusiones significativas para el futuro de Vox en la región.