Aunque la etimología no es la adecuada para ambos casos, condonar se parece bastante a acciones derivadas del condón. El condón es un preservativo. Preservativo viene de preservar. Preservar es proteger, mantener, apartar del riesgo, asegurar… ¡Anda!, y perpetuar. Y es aquí cuando el concepto condonar es, en la práctica, lo más asimilable a evitar el riesgo y perpetuarse.
Perpetuarse en el poder es lo que siempre persigue Pedro Sánchez. Atornillarse al poder, al margen de cualquier atisbo de decencia, precisa de ciertos aditamentos que ahormen, penetren y lubriquen.
Penetrar en intrincados conductos emocionales e ideológicos requiere ciertos prolegómenos: cómo es la oquedad, qué dificultades presenta, qué instrumento emplear. No es lo mismo colgar un cuadro en una pared de hormigón que en una placa de Pladur. Tampoco es lo mismo convencer a alguien con desprecio y menudencias cuando tu bienestar depende de la voluntad de depredadores insaciables.
Los independentistas de la izquierda republicana y los separatistas del prófugo han escalado un grado más en la perforación de la unidad de España, ayudados por el colaboracionista en la secesión que no es otro que el PSC y el sanchismo. Ahora, tras untar con esta millonada, ya tienen a punto la logística secesionista. Ya está casi todo presto a emprender el siguiente paso: la consulta sobre el referéndum de independencia.
Una vez repartida la “manteca” con música del último tango; una vez incrementada la inmersión lingüística; una vez aumentados los mozos de escuadra regionales, una vez expulsados los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado; una vez controlados los resortes democráticos de un inexistente Estado de derecho… ya está todo dispuesto para asestar el golpe con el patrocinio y la garantía del Gobierno de España. Y ha sido el Gobierno de España, con su menesteroso presidente, el que va a garantizar aberraciones como la amnistía y el referéndum.
La condonación, el condón, el preservativo y la preservación de un poder ungido por carísimos lúbricos óleos, hace posible que Pedro Sánchez continúe uncido al yugo de los más detestables, indeseables y abyectos amigos del Gobierno de España. Pero Sánchez no hace ascos a los dirigentes y distinguidos ideólogos de sus variopintos apoyos, donde ya se deslizan calificativos de babosos, pederastas, acosadores, abusones y sobadores. Sin olvidar las dirigentes de esos partidos “feministas y progresistas” que han protegido, ocultado y preservado a esos monstruos por interés absolutamente bastardo y traidor de las ideas y valores que falsamente han abanderado.
La condonación ya se ha convertido en una condenación. No era bastante con aguantar este gobierno pletórico de vileza y traición. Ahora vamos a ser más engañados y vilipendiados. Seremos más pobres y humillados, porque nuestras deudas -las de las autonomías- no serán perdonadas, desaparecidas o esfumadas: simplemente van a cambiar de manos. La condonación de 18 000 millones de Andalucía seguirá siendo una deuda de Cantabria, y de Aragón, y de Catilla-La Mancha, y de Murcia… y, por supuesto, de Andalucía. Los 83 000 millones de euros de condonación para todos es un subterfugio, un engaño y un trampantojo. Todo este aparente dispendio de gratitud de un gobierno tan dadivoso no es otra cosa que el truco para regalar a los independentistas un pastón, mientras se engaña al resto pasando la bolita a otro vaso y esperando que nadie se dé cuenta del cambiazo.
Se dice que esta acción es una muestra de la máxima generosidad del Gobierno de España hacia las autonomías. Y cabe preguntarse: ¿esta explosión de generosidad se habría producido si los independentistas no le hubiesen obligado a este chantaje? ¿No ha tenido tiempo y oportunidad el magnánimo presidente en casi siete años y reacciona cuando le aprieta Puigdemont?
Creo les va a salir el tiro por la culata. No han calculado la verdadera esencia del independentista. El presidente Quin Torra escribió sobre los andaluces, aunque sin mencionarlos expresamente: “viven en un país del que desconocen todo: su cultura, sus tradiciones, su historia (…) Se pasean impermeables a cualquier evento que represente el hecho catalán. Les crea urticaria. Es decir, son españoles que viven en Cataluña (…) tienen un pequeño estremecimiento en el ADN (…) son más vagos y flojos que los catalanes”. Así, con estas perlas rabiosamente racistas, es natural que estos indepes se vean como diferentes, superiores y al margen de cualquier operación que les inserte en un negocio del que también se beneficien el resto de los españoles. Si han pedido 15 000 millones, y logran 17 000, se felicitan por su sagacidad. Sin embargo, eso de beneficiar en el mismo acto al resto de españoles con un total de 83 000 millones no es aceptable. Esta operación era exclusiva para los intereses indepes; los españoles que se busquen la vida, pero nunca a rebufo de las exigencias indepes a Pedro Sánchez.
Como consecuencia de esta pésima operación, Junts aparece por este zoco de almoneda, y se apunta a la puja al alza con nada menos que 73 000 millones euros. Esta galáctica suma supone el 100% de la deuda catalana, y es de suponer que ese envite no será aceptado por Sánchez, aunque nadie sabe a qué nivel está Sánchez en su propia valorización. En función de su ego, y las carísimas cesiones aportadas para la compra de la detentación del poder al precio que sea, es posible que su precio sea inasequible para todas las fortunas juntas del Golfo Pérsico.
Y, por último, estamos a la espera de la reacción de la vicepresidente Montero, cuya esperanza de vender panem et circenses por las Andalucías que, según ella misma dice, ansía volver a la eficacia en la gestión y la honradez de sus dirigentes socialistas, progresistas… y condenados por ser los más corruptos de Occidente.
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