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Entre el bien y el mal
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Entre el bien y el mal

Por Moises Palmero Aranda
lunes 10 de marzo de 2025, 09:45h

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La humanidad, como en una película americana con las que nos han adoctrinado, vuelve a debatirse entre el bien y el mal, pero esta vez no tenemos muy claro que, ganando ellos, gane la paz y su liderazgo signifique “nosotros”, como hasta ahora hemos querido creer.


Siempre dudé de ellos, de sus palabras, valores, principios y paternalistas consejos. Soy del yanqui go home, bases fuera y no a la OTAN, porque no es un acuerdo entre iguales, es una relación de vasallaje, agradecidos por contribuir al final de la II Guerra Mundial y salvarnos del temible comunismo.


Trump ha dinamitado la frágil Paz Mundial, porque su poder, su posición de líder económico, se tambalea y se ha puesto en entredicho. Si tiene que elegir entre la paz y el capital, se queda con el capital, y si tiene que desprenderse del lastre de la caduca, obsoleta y vieja Europa y aliarse con asesinos, terroristas y fascistas que le rinden pleitesía, adorándolo cual Gurú, capo o cacique, lo hará. No tiene escrúpulos, ni ideales, ni principios, salvo el poder del beneficio económico.


Es duro escuchar las soluciones para acabar con las guerras de Gaza y Ucrania; las amenazas de desatar la muerte contra quien no le haga caso; los pactos unilaterales con los invasores y asesinos; los proyectos de reconstrucción para forrarse y quedarse con las tierras raras; advirtiendo con anexionar Groenlandia y Canadá o cambiar el nombre al golfo de México; humillando a Zelenski en la Casa Blanca, mentando la tercera guerra mundial; persiguiendo y expulsando a los inmigrantes pobres y regalando papeles gratis a los ricos e imponiendo aranceles para someter a China y a sus competidores.


Decisiones imperialistas con graves consecuencias. Europa ha decidido por unanimidad rearmarse, salvo Orbán, el impulsor del movimiento fascista capitalista Patriots aliado de los matones y secuaces de Trump. Gastarán, lo llaman invertir, 800.000 millones de euros en crear un ejército europeo. Se acabaron las políticas ambientales, la Agenda 2030, la igualdad y los planes económicos, porque la amenaza rusa es más real que nunca con el apoyo de los americanos.


Noticias que van y vienen, que se mezclan con declaraciones, acusaciones cruzadas y miedos reales ante el crecimiento del fascismo, de la fuerza bruta por encima de la cordura y del entendimiento, y que han servido para convencer a la ciudadanía de que hay que tomar como principio la máxima latina del escritor romano Vegecio: Si quieres la paz, prepárate para la guerra.


Ante esta tensa y preocupante situación, me muevo en la dualidad. A Europa le viene bien independizarse del sometimiento de los EE.UU. Necesitamos repensar la Unión Europea, fortalecer nuestra industria, nuestra economía y proyecto en común. Pero no me gustan los ejércitos, ni las armas, ni la apuesta por crear un conflicto que pueda desembocar en una guerra nuclear. A ningún dirigente se le pasará esto por la cabeza, pero las ojivas nucleares, sean disuasorias o no, están ahí; nadie se ha deshecho de ellas.


Entre todas esas declaraciones y posturas enfrentadas, la más razonable es la de China, que responde a las acusaciones de Trump de subir los aranceles a sus productos por introducir el fentanilo en los EE.UU, aclarando que si quieren guerra comercial la tendrán, pero a su vez, pidiendo calma, colaboración y una apuesta por los acuerdos de paz que pongan fin al conflicto de Ucrania, que ha trastocado la estabilidad mundial, donde no hay ganadores y sí muchos perdedores, porque en la guerra perdemos todos.


El ministro chino de Exteriores, ha acusado a Trump de “responder al bien con el mal”, lo que me ha hecho recordar esa discusión eterna del ser humano sobre si somos buenos o malos por naturaleza, o si son las sociedades las que nos corrompen o apaciguan nuestros instintos, o si dependen del sujeto y las circunstancias que le rodean.


También he recordado la famosa Pax romana, el periodo de estabilidad que vivió el imperio romano y que le permitió alcanzar su máximo desarrollo. Según los historiadores, coincidió con la Pax Sinica en el este de Asia, lo que favoreció el comercio y los viajes de larga distancia entre los dos grandes imperios. Hasta que las guerras y los conflictos, lo echaron todo a perder.


Quizá la solución, aprovechando la estela del 8M, sea que en estas cumbres haya más mujeres, porque en la de Unión Europea había tres por 24 hombres, o que los globos de corazones de Banksy vuelen más alto que los satélites de Musk o, tirando de ironía y poniéndonos cinematográficos como les gusta a ellos, que el Papa Francisco se recupere y consiga contraatacar a las fuerzas del mal que se han desarrollado en su ausencia. En fin, ¡no a las guerras!

Moises Palmero Aranda

Natural de El Ejido, Almería. Licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad de Almería. Desarrolla su trabajo en el mundo de la Educación Ambiental desde la Asociación El árbol de las piruletas, donde ha utilizado la literatura como una herramienta más de sensibilización. Es autor y narrador de cuentos infantiles, entre los que destaca El árbol de las Piruletas y Un delfín entre las estrellas (próxima publicación) Secretos en el Sendero, nueve relatos de misterio donde se mezcla literatura, senderismo y geocaching, es su primera publicación en solitario. 32 motivos para no dormir; Pasos en la oscuridad; Taller de cuentos; 12 caricias; 13 muertes sin piedad; Ángel de nieve; Ulises en la isla de Wight; Crímenes callejeros; El oasis de los miedos; Letras para el camino, El mar, la mar, Relatos Velezanos V son algunas antologías donde aparecen sus relatos. Colabora en Candil Radio con los programas “La mirada del delfín viajero” y “Letras de Esparto”. En radio UAL dirige y presenta el programa de entrevistas Radio Ecocampus. También ha hecho sus pinitos en el mundo del cortometraje con El hombre y la flor. Otra oportunidad y su guión “Residuos” fue el ganador del I Concurso de guiones para cortometrajes “Carboneras Literaria”. Socio fundador de la Asociación Literaria y Cultural Letras de Esparto.