¿Han perdido nuestros políticos-gobernantes la credibilidad? Parece evidente que ha sido así. Las mentiras, los cambios de opinión, las hemerotecas y lo que nos muestran de ellos, han ido dejando la credibilidad de nuestros políticos a la altura del betún, que decíamos años ha. Ahí tienen en estos días a la señora Arrimadas y su mentira sobre una moción de censura con el Psoe y cuyo documento ha aparecido en estos días y con su firma a pie del folio. El vocero de Sánchez y líder provincial del Psoe en unas semanas, José María Martín, manifestaba que el Partido Popular no tiene credibilidad ante las infraestructuras, no se debe acordar del retraso de la A-92. Y que conste que no le falta una parte de razón. Durante los años de Rajoy en el gobierno, el señor Montero nos estuvo friendo a impuestos, se acuerdan, lo mismo que viene haciendo María Jesús, y con el mismo apellido. Hemos tenido mala suerte con los Montero políticos que nos ha tocado en suerte a los españoles.
Tiene razón Martín, durante esos años se cerraron túneles y no hubo grandes inversiones en obras públicas, dicen los del Pp que Zapatero y sus cuates dejaron el país en la ruina, y que lo primero era pagar lo que se debía. Y al españolito de a pie de aquellos años ¿qué? pues a pagar las deudas que dejó el Psoe. Rajoy, Montero y el Pp se dejaron la credibilidad sobre las infraestructuras en los cajones, como se dejaron sin cambiar las leyes del Psoe, las normas del Psoe y dejaron mandando a la mayoría del funcionariado que venía trabajado con el Psoe. Si se dan una vuelta por la política de la actual Junta de Juan Manuel Moreno Bonilla, sigue los pasos a pies juntillas, de Rajoy y Soraya.
De todas las grandes obras que necesitaba nuestra provincia, la del agua era la primordial. Estarán conmigo que llevamos años sin Ave y los pimientos se siguen vendiendo en Europa, así como los tomates, el aceite y otros productos. Si Almería necesitaba algo para asentar y asegurar nuestro futuro era y es el agua, y en este apartado, no me cansaré de escribirlo por activa y pasiva, fue el Psoe el que se cargó la gran obra que precisaba la Almería de hoy y la del mañana. Es bueno que cada partido aguante la vela que ha encendido en este entierro, el Psoe encendió al del entierro del agua, y Zapatero fue su Caronte, pero los almerienses montados en la barca callaron, tras haber estado en la puesta de la primera piedra. La mala suerte es que después llegó el Pp con Rajoy y nada se dijo del plan que sacara Aznar, se pusiera incluso la primera piedra, y que no defendió ninguno de los diputados que sentaban sus culos en el hemiciclo y que dormían en tierras de Almería los fines de semana, tampoco el registrador de la propiedad siguió con las obras para que el Ave llegara en algún momento a la provincia, aquel que un día anunció Rato, en un viaje relámpago a esta tierra, y que no se sabe quién lo llevó al huerto, cuando nos anunció que la alta velocidad llegaría a Almería en el dos mil cinco. ¿Dónde está la credibilidad de los políticos? Debía ser verde y alguien se la comió.