Tras semanas bajo el ritmo incesante de lluvias y vientos, Almería respira aliviada mientras el sol abre paso a una primavera decidida a imponerse. Los paraguas, fieles compañeros en un marzo marcado por las borrascas, cederán su lugar a las gafas de sol, con un ascenso térmico que promete transformar el paisaje en los próximos días.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) anuncia un giro radical: desde este jueves, los cielos grises darán paso a tonos azules, aunque con algún capricho ocasional en forma de nubes de evolución diurna, especialmente en las sierras, donde no se descartan chubascos aislados. Los vientos, antes turbulentos, se suavizarán, acariciando el litoral con una brisa moderada del sur.
El sábado como protagonista
El punto álgido llegará el sábado 29, cuando los termómetros en Huércal Overa rozarán los 25 °C, cifra que no se veía desde el otoño. La provincia entera se teñirá de calor: Albox alcanzará los 24 °C, mientras Pulpí, Garrucha, Sorbas, Tabernas, Níjar y El Ejido disfrutarán de 23 °C. En la capital, el contraste entre los 22 °C diurnos y los 13 °C nocturnos invitará a terrazas y paseos al atardecer.
Aunque el domingo traerá un ligero respiro fresco, el descenso será tan sutil que casi pasará desapercibido. "Es el preludio de lo que viene: una primavera que, tras tanta agua, llega con ganas de quedarse", comenta un agricultor de la zona, esperanzado ante la mejora climática.
Adiós a las alertas, hola a la estabilidad
Por primera vez en semanas, la provincia almeriense se libra de avisos meteorológicos. La tranquilidad regresa, y con ella, planes al aire libre. Las calles, anegadas hace días, se llenan ahora del murmullo de vecinos que celebran el regreso del buen tiempo.
Mientras Andalucía entera se suma a esta tendencia, Almería se erige como ejemplo de una naturaleza resiliente: tras el diluvio, el sol brilla con fuerza, recordando que, incluso en marzo, la primavera siempre encuentra su camino.
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