La tensión política volvió a escalar en el pleno del Ayuntamiento de El Ejido celebrado este viernes, a cuenta de una moción sobre inmigración presentada por Vox que derivó en un agrio debate sobre supuestas prohibiciones de bocadillos de jamón en los centros escolares del municipio. El alcalde, el popular Francisco Góngora, acusó a la formación de ultraderecha de mantener una postura "radical" que "acabaría incendiando El Ejido" y de propagar "bulos" perjudiciales, como el de que no se podía comer jamón en la localidad que ya habían difundido hace algún tiempo, y es que prácticamente en todos los plenos, la formación de ultraderecha presenta alguna moción o iniciativa contra la inmigración.
El rifirrafe se intensificó durante la defensa de la moción por parte de la portavoz de Vox, Beatriz Sánchez. La edil insistió en que la población extranjera –que roza el 33% en El Ejido, mayoritariamente de origen magrebí– estaba "imponiendo sus costumbres". Como presunta prueba de ello, afirmó de manera generalizada que en los colegios del municipio se había prohibido el consumo de jamón.
Esta aseveración provocó un notable revuelo y la reacción inmediata de buena parte de la corporación, encabezada por el propio alcalde. Góngora y otros concejales instaron repetidamente a Sánchez a especificar en qué centro o centros escolares de El Ejido estaba ocurriendo tal prohibición.
Ante la insistencia, la portavoz de Vox que se vió confundida cuando casi al unísono le preguntaban "¿dónde, dónde?" y el alcalde le insistía en que no podía hacer una denuncia de ese nivel y no concretar, que dijese en concreto dónde estaba pasando. Entonces se vio obligada a matizar, limitándose a mencionar "un colegio de La Puebla de Vícar", un municipio distinto a El Ejido, sobre el cual versaba su intervención inicial y su generalización, pasando de ser todos los colegios ejidenses, a uno en otra ciudad de la provincia.
La afirmación de Sánchez fue desmentida categóricamente por dos concejales que además son docentes. José Javier Rodríguez Rodríguez, concejal del PP y profesor de Secundaria, negó tajantemente no solo que eso estuviera ocurriendo, sino que "pudiera ocurrir", recordando que ni las direcciones de los centros ni el profesorado tienen capacidad alguna para tomar decisiones sobre los menús escolares o sobre lo que cada alumno trae de casa para comer.
En la misma línea se pronunció la concejala no adscrita (exPSOE) María Isabel Carrión, profesora de Primaria. Argumentó que en ningún colegio de El Ejido sucedía tal cosa y que, muy al contrario, se apostaba por menús equilibrados que incluían todo tipo de carnes (cerdo, cordero, vacuno). Reiteró que las direcciones escolares carecen de potestad para decidir sobre los menús o para imponer a los escolares qué pueden o no pueden llevar para comer al centro.
La polémica pone de manifiesto una vez más las tensiones existentes en el municipio en torno a la inmigración y la convivencia, siendo utilizada la alimentación en los colegios como arma arrojadiza por parte de Vox, a pesar de los desmentidos constantes basados en la normativa y la realidad de los centros educativos ejidenses.