Es el momento de preparar el bolsillo para el pago del Irpf. Hacienda nos persigue, nos acosa, nos saca hasta la cera de los oídos. El año ya comenzó con subidas de impuestos, y aguantamos. Qué paciencia tiene el español y que desvergüenza estos políticos que no encuentra paragón. Los terminales del gobierno sanchista repiten que el Estado somos todos. Que el Estado todo lo soluciona, que el Estado nos protege, nos cuida, nos defiende. Y que para mantener ese Estado se hace necesario que paguemos cada día más impuestos. Y eso hacemos, obedientes como ovejitas luceras. Y ahora toca el Irpf. Nosotros pagamos los impuestos y ellos se lo gastan en lo que les da la gana, empezando en lo que más le gusta a Ábalos y cía. El sanchismo se gasta el dinero que tributamos los ciudadanos en comprar los votos de los vascos y catalanes, en las empresas públicas en manos de sus compañeros de partido y en los chiringuitos a los que acudir cuando hay que salir a la calle en contra de los rivales, empezando por los llamados sindicatos de clase. A la hora de echar balones fuera, de eso sabe mucho el sanchismo, nos quiere convencer de que el Estado también son las comunidades, las diputaciones, los ayuntamientos, las mancomunidades, y si se pone hasta las comunidades de vecinos.
El esfuerzo fiscal de nosotros, los españoles, está un catorce (14) por ciento por encima de lo que pagan otros europeos. Tenemos el estado más caro de Europa, por lo que tendríamos que tener el mejor y más fuerte de todos. ¿Creen ustedes que ante una Dana como la vivida en España los demás países habrían dado una respuesta cinco días después? Es de imaginar que, si pagamos un catorce por ciento por encima de los demás, tendríamos que tener un estado más eficaz, ya que se entiende dispone de más recursos para prevenir y luchar contra las adversidades. ¿Usted nota esa eficacia?
¿Y creen ustedes que eso ha ocurrido en España, en la que nos dicen que el Estado somos todos? Somos todos para pagar, eso es así, pero a la hora de gastar, a la hora de la inversión del dinero que nos sacan por obligación de nuestros bolsillos, ellos, con Marichús a la cabeza, se lo gastan en las alegrías de sus cuerpos. No nos dejemos engañar, los ciudadanos de este país pagan más impuesto que el resto de los europeos, y no recibimos el mismo bienestar que estos, por mucho que nos lo canten los medios cercanos, cuando no comprados con el oro de la Moncloa, oro, no se le olvide, que sale de nuestros bolsillos.
Nos cuentan que suben los impuestos para que paguen más los ricos. Y en parte así es, cuanto más tienes, más pagas, pero las clases medias, y ahí entramos la gran mayoría de los ciudadanos, nos aprieta las tuercas este Estado hasta la extenuación. Cuando se les oye hablar de que trabajan para los pobres, hay que preguntar por qué el Iva sigue en sus trece, siendo el gran impuesto que grava a las clases más vulnerables del país. Nos creemos todas las mentiras que nos cuentan, y encima nos meten la mano en el bolsillo y se llevan todo lo que encuentran. En estos días de un año nuevo un buen número de impuestos que pagamos al Estado han visto aumentar su cuantía. Y no van a dejar de subir. Cada día necesitan más, y más…