Antonio Álvarez ha vuelto a abrir su cuaderno para compartir historias y buenos temas, envueltos en el disco ‘Calle música’. Un trabajo musical en el que habla de los recuerdos vividos en su Almería, y lo ha enseñado al público, anoche en el Teatro Apolo, en un concierto en el que la canción de autor, el blues, el folk y pop, tamizados con la esencia del rock, han mostrado una vez más la grandeza de este artista y la banda que le acompaña. Una actuación emocionante y redonda. Un regalo para sus numerosos seguidores, y también para el propio Antonio, que un día antes celebraba su cumpleaños, y confesaba que “este proyecto lo estoy preparando desde el pasado octubre de 2024 y no me quiero ir del escenario, porque me siento muy feliz”.
‘Esperando que vinieras’, un tema de su época con ‘Plancton, su grupo de juventud, fue la carta de agradecimiento a los numerosos asistentes que le acompañaban, para de inmediato, ya con la banda, adentrarse en el primero de los nuevos temas, el lirismo de ‘La gran Dulce Alianza’, seguida del vitalismo de ‘Una puerta abierta’ y ‘Volveré’.
Con una banda versátil y muy almeriense, Antonio Álvarez fue hilando historias de amor, nostalgia y esperanza. En ‘Un segundo de belleza’ reflexionó sobre los sentimientos de ser padre, ‘Besos’ hace referencia al final de la película ‘Cinema Paradise’ con un ritmo muy rockero, al igual que ‘Los tambores piden guerra’, donde al contrario de lo que se podría pensar, no es un tema bélico, sino un rock lleno de energía sobre la ‘guerra’ que se siente en la noche.
En el concierto, Antonio Álvarez ha fusionado con naturalidad el pop de autor con ecos de folk, sonoridades mediterráneas y matices de jazz, a los que en directo le imprime un ritmo muy rockero, gracias al acompañamiento de los músicos Carlos López a las guitarras, Ramón García al piano, Javi Vecino al bajo y Diego de Haro a la batería. En este contexto, Antonio hizo varias referencias a su juventud, a las vivencias en su Pechina natal, a su pandilla, y ahí se enmarca la evocadora ‘La taberna del irlandés’, un tema escrito en 1991 que idealiza un bar de su localidad, y metafóricamente lo enlaza con esta taberna. Siguió con ‘Cada día al despertar’ y ‘Sol de invierno’.
Sorprendió con ‘Una noche en la Isleta’, que respira aires de la taranta arraigada en el flamenco almeriense, para de inmediato dar un giro hacia el pop fresco y desenfadado de ‘Verano Naif’. Las pulsaciones se rebajaron con ‘Plancton’, para de inmediato volver a elevarse con la exaltación de la amistad en ‘Un par de cervezas’.
En el concierto, enmarcado en el programa de Primavera del Área de Cultura, Tradiciones y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Almería, ha contado con la colaboración del saxofonista Ginés Soto, con el que se ha arrancado en una versión de ‘Love’ de Nat King Cole, paseando por el patio de butacas. Saxo, guitarra y voz. Brutal.
Ginés ha continuado con la banda en ‘Envuelto en llamas’, en un concierto que ha concluido con ‘Calle música’, ese espacio urbano que se encuentra callejeando por el casco antiguo y que da título al nuevo proyecto de Antonio Álvarez. Un homenaje musical del cantautor a las historias, sonidos y vivencias que se esconden en las calles del casco antiguo almeriense.
En los bises, Antonio ha arrancado solo, guitarra y voz, para cantar ‘Circular’, ha seguido con ‘Libre asociación de ideas’ y concluido, feliz, con la versión de ‘Message in a bottle’ de The Police.
Con una voz cercana y sincera, Álvarez ha construido en ‘Calle música’ un universo sonoro que respira verdad en cada acorde, combinando melodías cálidas, ritmos envolventes y una profunda sensibilidad lírica, y que en directo se disfruta y mucho. Fue una noche de amor por la música, las buenas letras y los excelentes instrumentistas que posee Almería. Grande Antonio.