Son de otro mundo. Viven en su burbuja, distante y distinta de la realidad. La Junta de Andalucía lleva años instalada en una burbuja virtual de la que no sale nada más que para hacer anuncios que luego incumple o titulares de escaso recorrido. Por ejemplo, y a pesar de llevar más de dos décadas de retraso en la llamada Autovía del Mármol, son capaces de venir a Almería a montar un numerito de excavadoras y cascos a la presidenta Susana Díaz, para que venga a sacar pecho. ¿De qué? Pues si hacen eso después de veinte años de incumplimiento, de qué no serán capaces el día, si es que llega, que terminen esa carretera. Pero no nos vayamos tan lejos. En Almería capital, la Junta prometió a los vecinos de Pescadería que rehabilitaría la Casa del Mar como Centro de Salud. Eso fue en 2009. En 2014, los vecinos han tenido que acampar en la puerta del cerrado edificio, algunos de ellos en huelga de hambre, para exigir a la Junta de Andalucía que cumpla su promesa. Desde el Ayuntamiento entendemos que se trata de una reivindicación justa, puesto que se apoya en promesa que se han incumplido sistemáticamente desde el año 2009, poniendo de manifiesto el escaso interés que el PSOE e IU tienen por este barrio y por solucionar sus problemas. Y es que no falla. Si dices Junta de Andalucía y Almería, la siguiente palabra probablemente será “retraso”, o “incumplimiento” u “olvido”. Siempre ha sido así. En este caso, una obra prometida y presupuestada con casi 3 millones de euros, que se iba a ejecutar en 18 meses, acumula hoy un retraso de cinco años. No dudamos de que no exista dinero para acometer esta obra, dada la forma de gestionar que tienen los actuales responsables de la Junta, pero por el tiempo transcurrido y las respuestas que sobre la resolución de este tema ofrece mucho nos tememos que incurre en un nuevo engaño y un nuevo incumplimiento hacia este barrio. La dejación de funciones que sobre este espacio ha venido haciendo la Junta, ha sido el habitual en estos casos, hasta el punto de tener que tapiarse los accesos de puertas y ventanas que evitaran los continuos robos que se producían en su interior, lo que sin duda no facilitará su rehabilitación, si es que algún día llega. Almería no se merece este injusto y discriminador trato por parte de la Junta de Andalucía, que afecta a todas y cada una de las consejerías. Hoy es la Casa del Mar, pero mañana será otra cosa. Y eso por no hablar de las obras de la Plaza Vieja o de tantas y tantas otras cosas. Sinceramente, no hay derecho.