La Junta de Andalucía desprecia lo que no puede controlar. Esa es la marca de la casa y ese es el estilo que Susana Díaz continúa aplicando a su gestión, como ya hicieron sin vacilar los predecesores que le legaron el puesto, Manuel Chaves y José Antonio Griñán. Y como los socialistas no gobiernan los mayores ayuntamientos de Andalucía porque los vecinos de las capitales andaluzas votan mayoritariamente al Partido Popular, los ayuntamientos de esas localidades tienen la doble oposición de los respectivos grupos municipales del PSOE y la labor de asfixia y confrontación de la Junta de Andalucía. Estoy seguro de que estos temas se tratarán en la reunión de alcaldes que el PP Andalucía tiene previsto celebrar hoy lunes en Granada, para buscar puntos de diálogo y encuentro con una presidenta que ya mostró su talante y disposición dejando vacía la silla que le reservamos en el último encuentro de alcaldes de capitales andaluzas. En todo caso, conviene no olvidar que la Junta de Andalucía que gobierna el bipartito PSOE-IU se ha convertido, de modo tan voluntario como irresponsable, en el primer factor limitante del crecimiento de capitales como Almería, cuyos vecinos comprueban día a día hasta qué punto llega el desdén y la falta de ganas de colaborar de la Junta con los intereses y necesidades de los almerienses. La última muestra de lo que digo la hemos tenido hace unos días con el intento por parte de la Junta de cerrar la oficina municipal de información turística de Cabo de Gata en la iglesia de Las Salinas, por faltarle a la oficina un metro. Pero no olvidemos que los que quieren cerrar un servicio tan necesario en esta época del año por un ridículo problema de dimensiones son los mismos que tienen empantanada y olvidada desde el año 2000 la restauración de la Plaza Vieja y los mismos que desprecian a los vecinos del barrio almeriense de Pescadería que reclaman de la Junta el cumplimiento de la promesa hecha en 2009 de convertir la Casa del Mar en un centro de Salud y también los mismos que, en el colmo del descaro, después de poner la primera piedra del hospital materno infantil de Almería, dicen ahora que no tienen dinero y que no debemos confundir la realidad con los deseos. Hay más casos pero no tengo más espacio. Son simples muestras de la permanente falta de colaboración de la Junta de Andalucía con los almerienses. Una vergüenza.
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