En una “ruta del misterio” alguien le entregó un voluminoso dossier y permaneció olvidado en el maletero del coche varios años, hasta que un buen día reparó en él. Lo abrió, comenzó a leerlo, y de ahí salió el cuarto libro de Alberto Cerezuela, que vuelve a adentrarnos en “Almería. Secretos y misterios”. Igual que cuando muestra a los turistas -o no- los lugares misteriosos de Almería, donde se produjeron crímenes terribles, donde alguien ve espíritus u oye música en el vacío salón donde se hacían bailes de alta sociedad, el autor reivindica la necesidad de que se escriban esas historias que en ocasiones mueren con sus protagonistas antes de ver la luz.
Conversamos en una cafetería de El Ejido porque Alberto Cerezuela, copropietario de Círculo Rojo, la mayor empresa de autoedición de España no tiene despacho. Más de una decena de personas trabajan en ella en las distintas fases del proceso editorial, y los jefes, como el resto del personal, no tienen despacho.
Pero si asombra que en sólo cuatro o cinco años un joven que no encontraba quién le publicara un libro, es ahora dueño de una editorial, no lo es menos que acabe de sacar al mercado su cuarto título. Se trata de “Almería. Secretos y misterios” y sigue la senda de sus tres anteriores, la investigación de lo paranormal que encierra esta tierra.
Alberto Cerezuela no sólo está convencido de que aún quedan misterios por contar debido a la “magia especial producto de tantas civilizaciones que han estado presentes en nuestra historia, o por que hay lugares fascinantes, Sierra Alhamilla, Filabres, Cabo de Gata...” si no que en esta ocasión el libro ha nacido de los posos de los tres anteriores.
Reconoce que este libro ha sido más difícil de escribir ya que “la gente me conoce” y por tanto sabe “la difusión que puede tener” lo que le cuenten, y advierte que siempre se trata de “crímenes, de gente que ve cosas...” y eso ya hace difícil que se abran, pero ahora es peor porque son conscientes de que “van a salir en un libro, en un programa de televisión, y les da reparo”.
Por otro lado explica que cuanto quienes han hablado con él, esos “testigos” de lo “extraño”, si al principio son reacios, se suelen sentir reconfortados al verse en un libro donde descubren que no son tan “raros”, que hay otras personas a las que les han sucedido cosas similares. “Son situaciones traumáticas” y verlas escritas les ayuda a comprender que hay personas “normales” que han pasado por lo mismo.
Civilizaciones y culturas que siguen llegando, unas veces en patera y otras en avión, y así, una de las historias que narra es la de “la difunta Correa”, que tiene lugar en Almerimar, uno de los núcleos costeros de El Ejido. Cuenta Cerezuela que unos argentinos han traído hasta aquí el culto a una mujer que fue encontrada muerta de sed por una serie de circunstancias que detalla, pero cuyo bebé sobrevivió gracias a que estaba asido a su pecho mamando.
A día de hoy, esta tradición que mueve a millones de personas en peregrinación en el hemisferio sur puede verse reflejada en un santuario lleno de botellas de agua en un rincón de Almerimar, y sólo aquellos que hayan podido leer este libro sabrán entender lo que están viendo. Y también entenderán, según el autor, el motivo de algunas extrañas apariciones en la zona a horas intempestivas.
El libro se abre con la historia de Andriana García, a quien Alberto “culpa” de la existencia de este nuevo título. Ella le entregó hace unos años un dossier sobre un suceso, y él lo echó en el maletero de su coche, donde quedó olvidado durante años. Hasta que un buen día lo recuperó, lo leyó, quedó fascinado y se puso a investigar.
Entre sorbo y sorbo de café, explica las condiciones en que fue asesinada una joven en lo que hoy es la Delegación del Gobierno andaluz, en el Paseo de Almería. La alta sociedad de la capital estaba en aquella fiesta en la que a ella la mató su exnovio cuando bailaba con otro. Alguna referencia en la prensa de la época y nada más; aquello fue silenciado hasta que ha llegado a las páginas de este libro, en el que su autor enlaza ese hecho con apariciones que algunas personas aseguran que se producen en el salón noble de ese edificio, en el que también hay quien afirma escuchar música sin que haya a qué atribuirla.
El espíritu inquieto de Alberto Cerezuela le llevó primero a investigar, luego a escribir un libro, más tarde a montar una editorial, después a escribir más libros... y ahora además se ha convertido en guía que muestra a los interesados los lugares físicos en los que se han producido -y producen- los hechos asombrosos que narra en sus libros. El Teatro Cervantes, el antiguo casino (la Delegación del Gobierno andaluz mencionada) o los refugios de la Guerra Civil son solo algunos de esos sitios que piden conocer muchos almerienses y también gente de fuera, como lo demuestra que “hay mucha gente que visita Almería, turistas, y buscan las rutas que yo hago para conocer esa otra cara”.
En esas rutas se produce un contacto directo con la gente que al escritor le gusta y asegura que “merece la pena esa experiencia”. Y eso lo dice quien se considera excéptico, y quien reconoce buscar el misterio, pero se lamenta de no verse envuelto en uno de ellos. Es lo que Alberto Cerezuela denomina “la maldición del investigador”, aunque le han pasado “casualidades rocambolescas en lugares marcados por el misterio” pero “nunca nada paranormal”.
¿Y qué les parece conocer la historia de un guardia civil que estuvo a punto de disparar a un OVNI que se colocó sobre el cuartel y comenzó a descender? Sí, ocurrió en Almería, y su hijo escuchó por primera vez esa historia de boca de su padre a la vez que el autor del libro.