El Ayuntamiento de Almería ha desestimado el recurso presentado por un vecino sancionado por alimentar a gatos callejeros en un espacio público, ratificando así la multa de 120 euros impuesta por la Delegación de Sostenibilidad Medioambiental y Energética. La sanción responde a una infracción leve de la Ordenanza Municipal de Limpieza de Espacios Públicos y Recogida de Residuos, que prohíbe proporcionar comida a animales en lugares no autorizados.
La resolución, emitida el 8 de noviembre de 2024, se fundamenta en una denuncia de la Policía Local fechada el 24 de mayo de 2024, cuando el ciudadano identificado como D.LVV fue sorprendido ofreciendo pienso a gatos en el Parque de las Familias. Pese a que su defensa alegó defectos de forma en el proceso sancionador, el informe jurídico del Ayuntamiento concluyó que el procedimiento se llevó a cabo conforme a la normativa.
Según la ordenanza vigente, alimentar animales en espacios no habilitados puede generar problemas de higiene y salubridad. A pesar de considerar circunstancias atenuantes, como la cantidad mínima de pienso involucrada, la sanción aplicada corresponde al importe más bajo previsto para este tipo de infracciones.
Este caso reabre el debate sobre la gestión de colonias felinas y la convivencia entre normativas municipales y las acciones de ciudadanos que intentan ayudar a estos animales.
El aumento de las colonias felinas ha generado no pocas tensiones entre vecinos y defensores de los gatos. Mientras algunos ciudadanos se organizan en asociaciones para cuidar y alimentar a los felinos en distintas zonas de la ciudad, otros alzan la voz reclamando medidas de control más estrictas. Los argumentos son diversos y comprensibles: por un lado, quienes alimentan y esterilizan a los gatos defienden su labor como una contribución al bienestar animal y al control humanitario de su población; por otro, quienes sufren las consecuencias del marcaje, los maullidos persistentes y las posibles plagas temen por la salubridad del entorno.
La controversia llevó al Ayuntamiento a implantar hace unos años una ordenanza específica para gestionar estas colonias, regulando su control mediante la esterilización (el famoso método CES: Captura, Esterilización y Suelta), la identificación de responsables voluntarios y la limitación de las zonas donde está permitido alimentar a los gatos.