Pedro de Tena Alfonso | Martes 20 de enero de 2015
Los acontecimientos de este fin de semana ponen de relieve cuán esforzada y terrible es la guerra de Susi, no la Susi mamá cargante del judío en la serie The Big Bang Theory, sino la Susi la fontanera, de la casta de los fontaneros. Rodeada de malos consejeros que la hacen temblar ante la convocatoria anticipada de elecciones, Susi, Susi Díaz, Susana de la Junta, ha visto con horror cómo militares, fiscales, políticos del PP, PSOE, Ciudadanos incluso y otros partidos, empresarios separatistas y no se sabe quién más se reunían secretamente a voces en un pub de Barcelona y a ella no la han invitado. Me cachis. Pero al margen de vanidades heridas y de ninguneos de altura, se ha demostrado que la casta, al parecer, existe y alguno podría interpretar que está intentando dar una salida airosa al nacionalismo catalán al margen de los ciudadanos y más que probablemente en contra de los intereses de las demás comunidades autónomas, con Andalucía en primera fila y tal vez al frente. ¿Cómo enfrentarse al griterío de Podemos ante demostración tan clara de la presencia de una casta? ¿Cómo extrañarse de que Podemos sea ya el segundo partido nacional y que en Andalucía pueda ser el primero? Pablo Iglesias, que será lo que sea pero no es un zote, lo ha dejado clarísimo: "O PP o Podemos", y ese mensaje, oh, my God, va a entrar como una navaja de Albacete en el cerebro de los ciudadanos andaluces de izquierda, y no tan progres, que están hasta el gorro de que sea hagan las cosas al estilo del pub catalán.
Pero aún es más grave la ayuda que le prestan los compañeros de partido, y sin embargo amigos, a Susi la fontanera. A la imagen de un Pedro Sánchez perdiéndose en Washington y bajando en las encuestas a pesar de su cruzada contra la Gürtel, sumemos a Canal Sur, que ha sido siempre lo que ha sido. Compuesta por los periodistas y productoras de la cuerda socialista y la izquierda en general, han sostenido al régimen con eficacia desde 1989, fecha de su fundación. Pero claro, Podemos no es el PP, ni IU. A estos dos partidos, cuando eran realmente oposición a la tela de araña socialista, tupida como una pared de cemento armado en la RTVA, Canal Sur les castigó minuciosamente con silencios, manipulaciones varias y ausencias. Vamos, los eliminó de la escena tapando sus mensajes con flamenco, fútbol, canción española y tercera edad con niños.
No. Podemos no es un mullido corderito obediente capaz de ir al matadero por voluntad propia. Podemos quiere gobernar y mandar. A la primera, Canal Sur y su estado mayor ya han comprobado que machacar a los que vienen, que vienen, no les va a salir gratis, como les ha salido la estrategia de anulación y/o manipulación de la oposición desde 1989. En su primer mítin andaluz de conjunto, impresionante por su llenazo, Pablo Iglesias ha denunciado la manipulación de Canal Sur en la suspensión de una entrevista pactada y ha tronado contra la "aristocracia del carné" que deja en la cuneta a los obreros de Delphy y libra del oprobio al ex consejero Ojeda, joder, qué trancazo, zas, zas, , en toda la boca. Luego, denunció los 35 años de gobierno inútiles de un régimen que mantiene a Andalucía a la cola de todo.
Coño, Podemos ha sacado del baúl de los recuerdos el discurso del PP de Javier Arenas y sin complejo alguno lo está lanzando sobre la Susi y sobre Izquierda Unida. Con ese discurso, Arenas llegó a 50 escaños y estuvo a punto de gobernar Andalucía. Ese mismo discurso, coherente, lúcido, contundente y veraz, en boca de Podemos, es la declaración de guerra más sonada que ha tenido la Susi. Merendada Izquierda Unida, ya irremediablemente hundida en Andalucía tras las últimas deserciones, sólo queda el PSOE como tentempié político necesario para que los de la nueva casta llenen su buche de votos de izquierda y algunos más del centro derecha.
Susi, te lo dice un leal adversario: convoca cuánto antes, que aún te quedan unos días, o vas a perder, en Andalucía y en el mundo mundial. Si lo haces, IU tiene el motor calado, Podemos no tendrá su fórmula uno a punto y el PP tiene una rueda pinchada. Conclusión: podrás ver meta. Y no lo olvides: siempre te quedará Madrid. O sea.
Noticias relacionadas