Opinión

Una ciudad ideal

Carolina Latifa | Martes 31 de marzo de 2015

Paredes pintadas, contenedores quemados, parques cuidados, guetos urbanos, sociedad solidaria, disturbios callejeros, ciudadanos de primera y de segunda... ¿qué modelo de ciudad y de ciudadanía queremos? No todas las ciudades crecen y no todas las ciudades que crecen lo hacen bien. Fijarse una dirección y unos objetivos resulta esencial para una correcta convivencia entre los habitantes. Almería no ha parado de crecer en población y desarrollo, pero más importante que este crecimiento cuantitativo es que hemos logrado que nuestra ciudad sea, en términos generales, un espacio de convivencia y civismo, en el que todos podemos vivir en libertad, respetando los derechos de los demás y los bienes públicos.

El Ayuntamiento de Almería ha trabajado mucho en la planificación de un crecimiento ordenado, donde los vecinos podamos compartir lugares de ocio y esparcimiento y disfrutar de unos servicios cada vez más eficientes y modernos. Lamentablemente, de poco sirve el esfuerzo municipal si unos pocos se dedican a destruir lo que tanto esfuerzo (y dinero del contribuyente) cuesta conseguir. Si el Consistorio no reparara los daños que una minoría, muy activa, por desgracia, realiza en el municipio, nuestra ciudad hubiera entrado desde hace mucho tiempo en un progresivo estado de deterioro, hoy casi irreversible, como ocurre con otras ciudades. Sin ir más lejos, el pasado año las arcas municipales tuvieron un gasto extraordinario de 90.000 euros en reposición de contenedores incendiados por lo vándalos, a lo que hay que sumar eliminación de pintadas, reparación de farolas, fuentes, losas, bancos y un largo etcétera.

Mantener Almería en buen estado no es solo potestad municipal, es tarea de todos. Y todos somos responsables, por acción o por omisión, de conseguir que así sea. En lo planes municipales no entra construir obras faraónicas para ser más que nadie, pero sí crear espacios públicos para el disfrute de todos, disponer de unos buenos servicios y mantener la ciudad es un razonable estado de revista, pero necesita la colaboración ciudadana para hacer frente a quienes se afanan (y a qué velocidad) por destruir el patrimonio municipal, que es lo mismo que decir el patrimonio de todos.
El reconocido urbanista Jordi Borja definía en una entrevista la ciudad ideal como aquella donde vive junta gente diferente, con cierto nivel de libertad y de igualdad. Almería reúne estas condiciones, no las dejemos perder.

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