Opinión

Congresos "regionales"

Rafael M. Martos | Martes 21 de marzo de 2017

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Lo busco, lo busco… y no lo encuentro. He mirado en la Constitución de 1978, en el Estatuto de 1981, y en el de 2007, pero nada, que no encuentro por ningún sitio que Andalucía sea una región, ni que exista la administración regional, ni el gobierno regional, ni la presidenta regional, y tampoco que haya parlamentarios regionales que aprueben el presupuesto regional.

Veo que la Constitución habla en su Título Preliminar de “nacionalidades y regiones”, pero de modo tan efímero las nombra, que en su Título VIII afirma que “El Estado se organiza territorialmente en municipios, en provincias y en las Comunidades Autónomas que se constituyan” y ya desaparecen las regiones como división territorial administrativa. No es hasta el artículo 143 cuando se menciona a las “provincias con entidad regional histórica”, pero sigue sin reconocerse la existencia de regiones como unidad administrativa.

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En cualquier caso deja claro, a poco que uno quiera entender, que constitucionalmente existen municipios, provincias y Comunidades Autónomas, no regiones, si bien las Comunidades Autónomas las podían constituir las “nacionalidades históricas” y las “provincias con entidad regional histórica”. Las “regiones” no existen más allá de aquellas “provincias con entidad regional histórica” que hayan decidido constituirse en Comunidades Autónomas, y como talm, hayan decidido autodenominarse “región”.

Si nos vamos al Estatuto de Autonomía de 1981, define a Andalucía como “nacionalidad histórica” y en el 2007 lo reitera varias veces. Es más, en el Preámbulo destaca que “El Manifiesto andalucista de Córdoba describió a Andalucía como realidad nacional en 1919, cuyo espíritu los andaluces encauzaron plenamente a través del proceso de autogobierno recogido en nuestra Carta Magna.” o dicho de otro modo, que según los autores del Estatuto –y quienes lo votaron a favor- aquella “realidad nacional” es lo que hoy conocemos como Andalucía autonómica. Y etimológicamente, sólo una nación puede ser “realidad nacional”.

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El caso es que todo esto que aquí queda resumido, es fruto del consenso en su elaboración y aprobación, del PSOE, del Partido Popular (antaño AP/UCD y otros) y de Izquierda Unida (PCA y otros), y de los andalucistas, si bien éstos rechazaron la propuesta de Estatuto de 2007.

Llama por tanto la atención que quienes no dudaron en reconocer a Andalucía como una realidad nacional, como nacionalidad histórica, y como una Comunidad Autónoma, hoy en día celebren congresos “regionales”, tengan presidentes o secretarios generales “regionales”, ejecutivas “regionales”, hablen del gobierno “regional”, o de la administración “regional”.

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Lo más grave es que lo hagan los partidos políticos, pero no lo es menos que lo hagan también los sindicatos, las organizaciones sociales y profesionales, o incluso los periodistas, es más, que lo hagan los medios de comunicación andaluces tanto públicos como privados.

La realidad es mucho más simple. Para ajustarse a la letra, e incluso al espíritu, de la Constitución y los Estatutos, lo que deberían hacer es utilizar la nomenclatura a la que ellos mismos han puesto el marchamo legal. Pueden hablar de congresos “autonómicos”, o ejecutivas “autonómicas”… si es que les sale sarpullidos utilizar la terminología que también ellos mismos han legalizado, como es congreso “nacional” (insisto, solo una nación puede ser realidad nacional).

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Esta es una cuestión transversal, ya que de la derecha a la izquierda, pasando por el centro (si es que tal cosa existe) usan el término “regional” para referirse a una nacionalidad como Andalucía. Es una prueba más de que los políticos que viven –y muy bien, por cierto- gracias a nuestro autogobierno… sólo se lo creen una vez al mes: cuando les llega la nómina a casa con escudito de la Junta de Andalucía.


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