Opinión

La prostitución es una forma extrema de violencia patriarcal

Paqui Rueda | Viernes 22 de septiembre de 2017


La prostitución y la trata de mujeres y niñas con fines de explotación sexual es una cruel realidad que recorre nuestra sociedad, afectando este tipo de explotación a mujeres y niñas pobres, las que están en situación de mayor vulnerabilidad.

Han transcurrido casi dos décadas desde que la Conferencia Mundial de Organizaciones y Redes que luchan contra la explotación sexual y el tráfico de personas, junto con la Conferencia de la Mujer reunidas en Dhaka (Bangladés), acordaron celebrar cada 23 de septiembre este día de denuncia contra la Trata.

Nuestras sociedades siguen educando en valores no igualitarios, en principios patriarcales que nos sitúan a las mujeres en los arrabales de la ciudadanía y los derechos. Nuestros cuerpos siguen siendo objeto de consumo como si de mercancía se tratara.

La explotación sexual existe porque existe “demanda” porque existen prostituidores que consumen mujeres y niñas y conscientemente practican esta forma tan extrema de violencias machista. La prostitución existe porque las mafias, los chulos, los dueños de los locales, consiguen ingentes cantidades económicas a costa de la esclavitud y el sufrimiento de mujeres y niñas, con una absoluta impunidad.

La mayoría de los Medios de Comunicación banalizan la explotación sexual, algunos con enormes ingresos a costa de la violencia hacia las mujeres. La abolición de la explotación sexual de las mujeres y niñas sigue siendo una reivindicación sin conquistar en pleno siglo XXI.

Todo esto sucede porque los poderes públicos no adoptan las actuaciones necesarias para acabar con esta vulneración de los derechos humanos de todas las mujeres.

Desde el área de la Mujer de Izquierda Unida exigimos un compromiso institucional firme por la abolición de la prostitución y su inclusión en el Pacto de Estado contra la violencia machista.

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