Rafael M. Martos | Jueves 03 de mayo de 2018
A mi, que quieren que les diga, no me gusta como está la Plaza Vieja. Lo que me gusta es cómo debería estar, con una placa que ponga “Plaza de la Constitución”, con su monumento a los Mártires de la Libertad, con sus árboles en laterales enfrentados, con la fachada del Ayuntamiento sin andamios, y en fin, como nunca más la veremos.
Y no la volveremos a ver así porque se han empeñado en eliminar el Pingurucho y los árboles, y a saber cuando estará acabada.
Resulta que podremos votar –algún día- el nombre de la nueva biblioteca municipal, pero no podremos decidir sobre cómo queremos una plaza tan céntrica en la vida almeriense como esta. No acabo de ver al diferencia… nadie nos ha explicado porqué somos mayorcitos para decidir el nombre de la biblioteca, y no para elegir cómo queremos la Plaza Vieja.
Tampoco está claro para qué quieren dejar la Plaza Vieja como un solar. Ahí se han hecho conciertos, ferias culturales y gastronómicas, fiestas, se han instalado stand, escenarios, luminarias… basta recordar la reciente festividad de La Cruz, o la Noche en Negro… por citar solo dos eventos a vuelapluma.
Y no es solo eso, es que en la Feria se entoldan calles enteras para aliviar los calores veraniegos, y ahora quieren arrancar los escasos árboles que hay en la Plaza Vieja ¿también los bancos? ¡A ver si va a ser que cuando acaben las obras, los viejos ya no tienen razón de sentarse allí a mirarlas!
No sé, tal vez el objetivo sea poder entoldarla para que en el estío se pueda cruzar de lado a lado.
No, no lo veo. O será que no me lo han explicado. Que lo que debía ser una cuestión meramente estética, alejada del enfrentamiento partidista, se sustraiga incluso a la opinión de la ciudadanía -que puede ser del PP y querer que se mantenga el Monumento y los árboles, o del PSOE y lo quiten todo- porque no sea un elemento digno de ser consultado, suena raro. O no me lo han explicado.
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