Sin entrar a valorar elementos tan de calado como si Mariano Rajoy debería haber dimitido tras la sentencia del caso Gürtel, o antes de ella, o si debería esperar a la aparición de algún nuevo caso de corrupción, y sin saber en estos momentos si la moción de censura que propone el socialista Pedro Sánchez triunfa o no, ni con qué apoyos, lo único claro es que desconocemos quién será el pescador de este río revuelto.
Albert Rivera entregó el apoyo de Ciudadanos al PSOE para hacer presidente a Pedro Sánchez, y ahora ese mismo Rivera niega los votos de su grupo para lo mismo.
Los socialistas negaron su respaldo a la Moción de Censura de Podemos contra Rajoy, pero ahora la ponen ellos. Y Podemos avanza el sí a la censura sin consultar a su militancia, lo mismo que Sánchez, a pesar de que ambos partidos lo tienen establecido para asuntos de trascendencia, que no será el caso, entiendo.
Ciudadanos y el PNV aprobaron solo unos días antes los Presupuestos Generales del Estado (PGE) que decaerán si la moción sale adelante. Los canarios también se van a quedar a dos velas.
ERC y JxCat le dijeron de todo al PSOE por apoyar la aplicación del artículo 155 impulsada por el PP, pero ahora están dispuestos a convertirlo en presidente, y eso que cabría pensar que si vuelven a reproducirse los hechos que llevaron a su implementación, Sánchez volvería a hacerlo.
Dice el candidato a presidente que quiere ejecutar una “agenda social” a sabiendas de que por una mera cuestión de tiempo no podrá, ya que solo tiene disponible hasta las elecciones generales, menos de dos años. Y habrá que ver con apoyos contaría para eso.
¿De verdad que Sánchez cree que él sí podrá gobernar teniendo menos diputados que el PP? ¿Pero cree que el PP y Ciudadanos le pondrán una alfombra roja para su proyecto? ¿Cree que los nacionalistas vascos y catalanes le van a votar una sola cosa sin que haya contrapartidas relacionadas con sus reivindicaciones? Y es que no olvidemos que el PSOE tendrán durante este tiempo la oposición frontal del PP por razones obvias, pero también la de Ciudadanos, cuyo líder busca reivindicarse como alternativa, mientras que Pablo Iglesias le azotará sin misericordia para acusarle permanentemente de traidor frente a la “buena voluntad” expresada por el “cheque en blanco”, y así acabar con él.
Si Ciudadanos metió la pata diciendo, tras la presentación de la Moción, que Rajoy tenía que convocar elecciones, sin percatarse de que el mecanismo legal impide hacer nada al presidente hasta que se termine el proceso abierto, y luego tuvieron que apañar una aclaración/rectificación, Podemos llega y anuncia que si fracasa Sánchez, ellos propondrán otra moción, cuando un diputado no puede firmar dos mociones de censura en una misma legislatura, y ellos ya cubrieron su turno.
Y si la Gürtel ha pillado a Rajoy en la Moncloa, puede que la sentencia de los ERE coja allí mismo a Sánchez, y habrá que ver qué pasará entonces, cómo reaccionará él mismo y cómo lo harán sus compañeros de viaje. Y ciertos medios.
Pero nada de esto nos debe extrañar si miramos el origen. Resulta que Sánchez es el candidato socialista que menos diputados ha tenido en la historia reciente de la democracia española, y además le ha pasado por dos veces, las mismas que se ha presentado a unas elecciones generales, pues bien, sigue siendo el favorito de sus militantes.
Será curioso ver convertido a en presidente a un político sin escaño, que ha perdido dos veces con los peores resultados históricos de su partido, presidente de España con el apoyo de independentistas, con el rechazo de quien sí firmó con él un pacto para gobernar, y el voto de aquellos que se lo quieren merendar.