Juan Carlos Pérez Navas y Adriana Valverde simbolizan la pugna entre “susanistas” y “pedristas”
Los militantes del PSOE en la capital almeriense eligen este domingo a su candidato a la Alcaldía para las próximas elecciones municipales de 2019 entre Juan Carlos Pérez Navas y Adriana Valverde, ambos concejales del Ayuntamiento.
Lo más destacado del proceso es que ha estado plagado de irregularidades desde el primer día hasta el último, incluido el propio debate que tuvo lugar el viernes en la sede provincial, y en el que no se aceptaron preguntas sobre éstas por parte de los asistentes.
En realidad, Pérez Navas y Valverde son el exponente de la lucha interna en el PSOE entre los “susanistas” y los “pedristas”, y eso que el primero ya marcó cierta independencia de criterio al concurrir a las primarias para la elección de secretario general provincial sin unirse a la candidatura de José Luis Sánchez Teruel, abanderado de la presidenta de la Junta de Andalucía, ni a Antonio López Olmo, representante de la línea del presidente del Gobierno central, y fue el tercero en discordia.
Posteriormente, en las primarias para secretario general de la agrupación local de Almería, Pérez Navas volvió a presentarse con el apoyo del “susanismo”, pero perdió por algo más veinte votos ante Fernando Martínez, miembro de la Ejecutiva de Pedro Sánchez.
Ahora Pérez Navas se enfrenta a Adriana Valverde, que está en la Ejecutiva del PSOE de la capital, y el puesto en liza es la candidatura a la Alcaldía en las elecciones municipales del próximo año.
Lo primero que hubo fue una presión para que Pérez Navas optara el Ayuntamiento o por el Senado, algo que no solo antes no se le había pedido, sino que tampoco es algo excepcional ya que está muy extendido (también entre el “pedrismo”) y además no es competencia de la Ejecutiva local.
Si eso fue una presión inicial, luego hubo desautorizaciones desde ésta a su gestión de los temas municipales como portavoz en distintos temas.
Pero abierto el plazo de las primarias, llegaron las irregularidades, y la primera que se detectó fue una masiva afiliación, que posterioridad a desvelarse ese hecho, Martínez justificó como fruto de la intención de la Ejecutiva de aumentar la diferencia que le habían sacado a su rival, Pérez Navas, reconociendo así, de modo implícito, que ya estaban pensando en las primarias a la alcaldía y sacar una mayor diferencia al otro candidato.
Hubo 659 solicitudes de afiliación recibidas, y desde el Comité de Garantías Federal se tramitaron 452 y se paralizaron otras 321, y eso que dicho órgano está en manos del “pedrismo” lo mismo que la Ejecutiva local. Tras las denuncia de la militancia almeriense, se encontraron errores de todo tipo, pero los más destacados que había solicitudes de personas que habían ejercido de apoderados del PP, o en redes sociales se mostraban como ultraderechistas, o franquistas.
A partir de la validación de fichas, el propio secretario de la Agrupación Municipal, Fernando Martínez, criticó que "más del 61 por ciento" de las solicitudes de afiliación anuladas provinieran de las registradas a través de la Comisión Ejecutiva Provincial, de la Regional y "de sus entornos", mientras que desde la Dirección Provincial se recordaba que es la Agrupación la encargada de filtrar las inscripciones, especialmente tras la campaña efectuada por el PSOE local para incrementar el número de militantes.
La dirección Federal del PSOE anunció además la apertura de una comisión de investigación "para analizar lo ocurrido en todo el proceso y depurar las responsabilidades oportunas" ante "el posible deterioro que se ha podido inferir a la imagen" del partido y sus órganos directivos locales.
A día de hoy nada se sabe de esa comisión de investigación que anunció Martínez, quien además arguyó distintas excusas para no convocar una asamblea extraordinaria en la que dar explicaciones sobre el tema. La Ejecutiva local asegura no tener constancia de la petición firmada por más militantes de los que en su día llegaron a respaldar a Pérez Navas en las primarias a secretario local, y es que considera que habría que comprobar si son realmente afiliados.
Y esa es otra, que no se sabe quienes son los militantes, ni cuantos, y los precandidatos tuvieron que recoger sus avales a ciegas, ya que no tenía el censo. Sin este documento que según la Ejecutiva local debe ser la federal quien lo valide, los candidatos no podían saber cuantos avales necesitaban, y del mismo modo, tampoco podían saber si aquellos que se los daban eran realmente o no afiliados, o si estaban al corriente de las cuotas.
Por si fuera poco, el viernes una persona denunciaba haberse afiliado al PSOE con la promesa de un puesto de trabajo para un familiar, si acudía a votar por Valverde en las primarias, y si ésta ganaba, además le devolverían la cuota abonada.
La votación se produce también tras un debate moderado por la Comisión Provincial de Garantías de los socialistas en los que no se aceptaron preguntas sobre todas estas irregularidades, y se limitaron a la exposición de puntos de vista sobre temas municipales.