Cuando el jornal de un almeriense equivalía a la mitad de un kilo de pan

Cuando se cumplen 82 años del asesinato de Blas Infante rescatamos sus apuntes sobre la situación de los jornaleros almerienses



Un jornalero almeriense no ganaba hace 80 años ni para comprar un kilo de pan. Así lo recoge un trabajo de Blas Infante, Padre de la Patria Andaluza, de cuyo asesinato el 11 de agosto se cumplen ahora 82 años, y que fue publicado en la revista Andalucía en diciembre de 1916.

Infante hizo la carrera de Derecho en Granada como oyente mientras trabajaba en su pueblo malagueño, Casares, en menos años de los establecidos por normativa, e incluso acabó las oposiciones a notario antes de tener la edad legal para poder ejercer como tal. Solía comentar que ser notario era una profesión estupenda porque le permitía tener tiempo libre para dedicarse a otras tareas.

Entre los asuntos que más le preocupaban estaba el de la reforma agraria, y en el informe que elabora para la revista aborda esta cuestión, y tras afirmar que “El pueblo andaluz está constituido por una inmensa masa de jornaleros” recuerda “Los extranjeros dicen que su situación es la más espantosa de la tierra. (Mr. Malhall Dauzat, Marvaud, etc.)”.

Infante aporta datos para sostenerlo, como los del “Instituto de Reformas Sociales, el cual, en su "Información sobre los obreros agrícolas de Andalucía y Extremadura", reconoce hay cabezas de familia en algunos lugares de Almería, que ganan ¡25 céntimos, sin contar los paros!”. El dato almeriense es puesto en contraste con el de otras provincias, como el de Córdoba, en cuya provincia el jornal más frecuente, según la citada información, es de 1,40 en metálico.

Más adelante pone esta cifra en relación con otra publicación reciente del mismo Instituto, "Coste de la vida del obrero", y “encontraremos que apenas si con esta cifra tiene un jornalero para pan”. Más concretamente indica que de abril a septiembre de 1915, el kilo de pan en Córdoba, 0,44: en los pueblos de la provincia, 0,45.

Es por esto que Infante reflexiona que “indiscutiblemente ni aun para esto tiene si ha de satisfacer las necesidades de una familia. Esto sin detallar otros artículos de primera necesidad, pues los artículos de primera necesidad son un lujo para el pobre jornalero”.

La visión de Infante sobre cómo deberían ser las cosas para sacar a Andalucía del subdesarrollo, se parece mucho a lo con el tiempo acabó ocurriendo en Almería, y desde luego es una idea muy alejada de la visión socialista o comunista, ya que apuesta por el liberalismo.

En concreto, en el mismo artículo, el Padre de la Patria dice que “Andalucía se redimirá por la conversión del jornalaro en granjero, en cultivador de su tierra propia; esto es, por la creación de una clase media campesina, para lo cual se necesita en primer lugar dotar al jornalero de la tierra suficiente para satisfacer sus necesidades materiales; dotarle de cuanta tierra pueda cultivar, concluyendo de una vez de un modo radical con esa iniquidad de los latifundios que mantiene dividido el suelo de Andalucía entre unos cuantos señores, los cuales, conviniéndolo como hemos visto en cotos de placer o destinándolo a cerrados de ganados, arrojan pueblos enteros de sus antiguos solares, lanzándoles inicuamente a la emigración”.