Indefectiblemente, el Partido Popular siempre cae en la trampa que le tiende la izquierda. Ahora con el Valle de los Caídos, antes con la Ley de Memoria Histórica, también con la de Memoria Democrática, y con el matrimonio homosexual, y con las connivencias Iglesia-Estado... al PP es muy fácil buscarle las cosquillas y saber cómo reaccionará.
No falla. Es todo fruto de un extraño complejo del que adolece PP, una especie de pecado original del que no logra librarse.
Es tan sencillo, que algún socialista me ha llegado a reconocer en privado la estrategia para arrinconar al PP en la derecha y limarle un puñado de votos que puedan ir a la abstención, o a Ciudadanos, y finalmente, debilitarles.
Pues sí, el PP es un partido acomplejado, y eso lo tienen asumido. Y ahora, cuando han elegido a Pablo Casado como presidente con el argumento de que “la gente quiere un PP reconocible y sin complejos”, se evidencia que efectivamente, tiene complejos. Ahora bien ¿son los complejos de los que hablan los predicadores de la ultraderecha, esos de los que también les acusan partidos extraparlamentarios, esos que les señalan organizaciones racistas y xenófobas?
No, entre esos complejos está el del franquismo... y de verdad, no se entiende. Todos esos partidillos, asociaciones y voceros... juntos, no darían ni para un escaño... pero curiosamente, en el PP esas opiniones parecen pesar más que las del grueso de sus millones de votantes.
¿Por qué el PP se opone a que se saque el cuerpo del dictador de un lugar de privilegio, como es el Valle de los Caídos, y se entregue a su familia? ¿por qué rechazan que se haga una revisión histórica de la Guerra Civil y la dictadura? ¿acaso no resulta lógico entender que la historia que conocemos de aquellos años está filtrada por quienes ganaron la contienda, y pasado el tiempo deben revisarse las fuentes y los hechos para una nueva interpretación si fuera menester? ¿tan difícil es asumir que quienes cayeron abatidos del lado sublevado ya fueron suficientemente homenajeados durante cuatro décadas, y que quienes estuvieron en las cloacas del Estado durante la Transición no fueron castigados por sus crímenes, y en algún caso, hasta se les premió?
Es normal que el PSOE se ponga nervioso cuando alguien le recuerda a Largo Caballero y su posición favorable a colaborar con la dictadura de Primo de Rivera, o se le recuerda a Indalecio Prieto y su larga mano negro teñida de sangre, pero es que éstos eran de los suyos, mientras que Franco no era del PP, y los votantes del PP en su inmensísima mayoría no comparten absolutamente nada de la ideología de ese nefasto personaje ¿entonces?
Lo mismo cabría decirse con la relación que mantiene con la Iglesia Católica. A nivel particular es normal que cada cual esté donde le parezca oportuno, pero rendir tributo desde las instituciones públicas a las vírgenes, cristos y santos no tiene ningún sentido, cuando el PP está lleno de divorciados y divorciadas, por ejemplo, y sus munícipes casan y se casan por lo civil, y cuando contraen matrimonio siendo del mismo sexo... ¿entonces por qué ese afán por retratarse en procesiones con cruces y mantillas?
Estos son los complejos del PP, los complejos que le dan un aire alejado de la realidad social, complejos que lo embriagan de naftalina, cuando muchos de sus dirigentes son más progresistas que tantos y tantos antifranquistas nacidos cuando ya no había franquismo, y tantos izquierdistas que miran para otro lado cuando son los suyos quienes niegan derechos a los homosexuales o directamente, los matan.
El PP fue el primero en tener mujeres al frente de gobiernos autonómicos, el primero en ponerlas en la presidencia de Congreso y Senado, el primero en presentar una mujer a la presidencia del gobierno andaluz, el primero también en tener una presidenta de su organización... pero... al final, el PP es el que no quiere que saquen a Franco del Valle de los Caídos... ahí se resume todo. Complejos.