Bombarderos de EEUU siguieron cruzando por Almería tras el incidente de Palomares

Un informe confidencial detalla esto provocaba una “sensación de pánico en la población” y que las bombas eran transportadas a Israel

Ni a los norteamericanos, ni al Gobierno de Franco, les preocupó mucho que en la provincia de Almería cayeran cuatro bombas atómicas tras desprenderse de un bombardero B-52, porque siguieron usando esa misma ruta con posterioridad, según se refleja en un informe confidencial facilitado a Noticias de Almería.

Si aquel accidente se produjo en 1966, el documento fechado el 19 de octubre de 1973, detalla que la ruta sobrevolando Almería seguía utilizándose para transportar bombas de apoyo al Estado de Israel. De hecho, el autor, que firma como Rivero, detalla que “círculos bien informados en Almería señalan que los aviones están utilizando la misma ruta que la usada por los vuelos militares norteamericanos en marzo de 1966 que tuvieron un serio accidente con bombas atómicas en las proximidades de Palomares, en esta provincia”. Continúa el informante diciendo que “los mismos círculos añaden que el recuerdo de todo ello está provocando una cierta sensación de pánico entre la población de Almería”.

Este documento, que fue desclasificado el 30 de junio de 2005, estaba dirigido al Department of State, Secretary of Defense, Secretary of State, y etiquetado para Middle East [XF] Military and Defense Affairs--Military and Defense Arrangements [MARR] Political Affairs--Foreign Policy and Relations [PFOR] Spain [SP], fue remitido desde la embajada de los EEUU en Madrid, y demuestra que los vuelos negados por el Gobierno franquista pero conocidos por la ciudadanía, sí existían.

Según parece desprenderse del mismo, el entonces ministro de Asuntos Exteriores, el franquista Laureano López Rodó, había tenido una entrevista con la agencia de noticias Europa Press tras la reunión de un Comité Conjunto entre España y los Estados Unidos, que era el órgano en que se estaba renegociando el tratado sobre el uso de las bases militares. Se da la circunstancia de que el día 9 y luego el 11 de ese mismo mes de octubre, el Gobierno español deja clara su posición en la llamada Guerra del Yon Kippur asegurando que señalando que el Tratado de 1970 sobre las bases no permitía el uso de las mismas, porque se trataba de un conflicto local, no provocado por una amenaza o ataque externo contra la seguridad de occidente.

Como consecuencia de esa negociación, el Estado español debía recibir 26 millones en ayuda directa para defensa, más 120 en créditos para compra de equipos militares del Export-Import Bank, mientras se mantenían prohibidos los sobrevuelos nucleares desde el accidente de Palomares en 1966. Pues bien, este documento viene a confirmar que éstos volvían a producirse, y que debía ser conocido por el propio Gobierno español.

En este documento, el autor pide “instrucciones urgentes” a cerca de qué debe decir al Gobierno español sobre el asunto de los aviones, que desde luego no eran pocos, ya que se indica que “cuatro días atrás, Almería ha sido directamente sobrevolada por aviones que se dirigían a Istrael, tras hacer escala en Azores, con el material de guerra utilizado contra la invasión árabe”.

En ese sentido, el informante habla de que “el empleado de la torre de control del aeropuerto de Almería” ha calculado “unos cien al día” que llegaban desde el Estrecho de Gibraltar entrando por el Este.

Cuenta que “los aviones son visibles en la ciudad en días nublados dada su proximidad, y el hecho de que pasen por aguas jurisdiccionales españolas, y su sonido también es audible cuando el cielo está nublado.” Concreta que el modelo de avión es el Galaxy, “el mayor transporte aéreo de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, que puede llevar un máximo de 100 toneladas de carga”, además son “escoltados” por bombarderos Phanton, a 10.000 metros de altura y con una velocidad aproximada de 850 kilómetros por hora”.

Después se recoge que es la ruta de los aviones accidentados en Palomares, y que este tránsito está causando “pánico entre la población”, como cualquier almeriense de la época podrá recordar.