Cualquier fecha es buena para disfrazarse, porque no solo de Carnavales vive el hombre… y la mujer, y los niños, y las niñas, y la vecina, o el vecino.
Ciertamente, durante mucho tiempo el disfraz era solo para los Carnavales, pero ahora las despedidas de solteros se han convertido en un momento clave para una diversión en la que no pueden faltar los disfraces más atrevidos, desde los de colegiala traviesa hasta diablesa, y desde policía cachas, hasta bombero manguera en mano, y cómo no, desde el cura hasta la monja.
Y qué decir de otros usos que se han ido introduciendo en los últimos años como consecuencia de nuevas tradiciones. Hablamos de
los disfraces para Halloween, que se ha convertido en una cita obligada para todos los aficionados al disfraz, especialmente para los niños, pero también se han hecho ya muy frecuentes las fiestas juveniles –y no tanto- en salas de fiestas y discotecas, en las que se ofrece entrada gratis a quienes acudan disfrazados.
Lo importante en un disfraz es tener capacidad para sorprender, por eso deben ser originales, y la verdad, aunque hacerlos en casa es una opción, no todo el mundo tiene tiempo ni capacidad para dedicarle el tiempo que necesitan. Lo mejor es comprarlos, y para ello existe una amplísima gama, de todas las tallas, de todos los estilos, y sobre todo, de todos los precios.
Adquirir estos disfraces es fácil y económico si se sabe buscar bien, porque afortunadamente tenemos internet, lo que evita que tengamos que desplazarnos de tienda en tienda buscando lo que tal vez no vayamos a encontrar. En ese sentido, podemos ver on line un catálogo inmenso de productos y complementos que harán de nuestro disfraz el más destacado de la fiesta. Eso sí, es aconsejable –como en tantas cosas que se compran por internet- que el establecimiento sea reconocido, y si tiene sede física y un número de teléfono para que podamos hablar directamente con los encargados, como ocurre con la
Casa del Disfraz, ya que da mucha más confianza.
Sobre esto último, también hay que fijarse bien en los materiales con que esté hecho el disfraz y sus accesorios, que cumplan la normativa legal y no nos vayan a dar un disgusto.
Pero como prueba de esa moda que va en crecimiento podemos apuntar otra, la de running, que también está en plena ebullición, lo que ha propiciado que sean muchas las carreras que se programan a lo largo del año, y junto con las serias, las competitivas, las oficiales, también hay otras que buscan la implicación divertida de todo el mundo. Por toda la geografía hay carreras de disfraces, principalmente en San Silvestre, pero no es la única fecha en la que los corredores, independientemente de su forma física, se disfrazan de lo que pillan –payasos, músicos, hippies, militares, mujeres, gordos, esqueletos…- para hacer unos kilómetros por el centro de su ciudad, a veces, incluso se hace en equipos conjuntados en cuanto al vestuario.
Y es que los disfraces se han puesto de moda también gracias al mundo manga y a las películas de culto, porque quién no se ha imaginado lucir como Darth Vader, Anakin Skywalker, o la mismísima princesa Leia. No, tampoco hace falta que llegue el Día Star Wars, vale incluso para que los más fanáticos se den el gusto de tener ese traje en su armario, y de vez en cuando sacarlo, ponérselo, mirarse al espejo, y sentir que la fuerza le acompaña.
Los disfraces también son necesarios en muchas fiestas escolares, para obritas de teatro o charangas, y por qué no, para hacer más divertido un cumpleaños, ya sea celebrado en casa o en un establecimiento público.
Ahora solo queda echarle un poco de imaginación y muchas ganas de pasarlo bien.