Opinión

Populismo impuestado

Rafael M. Martos | Jueves 08 de noviembre de 2018

Aparece una rayita roja bajo la palabra “impuestado”, que me indica que es incorrecta, pero no se me ocurre mejor manera que inventar este “palabro” para definir lo impostado que les está quedando a algunos su reacción ante la sentencia del Tribunal Supremo sobre quién debe pagar el Impuesto sobre Actos Jurídicos Documentados.

Parto de que, en mi humilde opinión, aplicando la lógica, quien debe pagar ese impuesto es la entidad bancaria, por la simple razón de que es a ella a quien le interesa que el hecho quede documentado, y además es la parte beneficiaria. Le interesa que se documente a fin de poder exigir al prestatario la devolución del préstamo y poder actuar –desahuciándolo incluso- contra el prestatario, y es la que se beneficia, ya que cobra un interés al cliente. Es como la tasación, que a quien le interesa que se haga es al banco, y el que decide dónde se hace es el banco ¿por qué ha de pagarla el comprador entonces?

Pero en fin… doctores tienen los tribunales, asi que no entraremos en más disquisiciones de ésta índole, y habrá que centrarse en cómo se han tomado la decisión del TS los distintos partidos.

Lo primero que sorprende es la fuerza con la que se han revuelto todos los partidos políticos, sobre un asunto que nunca jamás les había preocupado.

Empezamos por el PSOE, que fue el partido que lo instauró en 1993 bajo gobierno de Felipe González… y desde entonces ha sobrevivido siendo pagado por el usuario con los socialistas José Luis Rodríguez Zapatero y hasta este fin de semana, por Pedro Sánchez, pero también quien ahora pide incluso su eliminación, el Partido Popular, lo mantuvo con José María Aznar y Mariano Rajoy.

No sólo eso, la ministra de Hacienda, María José Montero, siendo consejera del Gobierno socialista de la Junta de Andalucía, con Susana Díaz como presidenta, puso dicho impuesto en el porcentaje más alto que permite la ley, y no se le ocurrió ni ponerlo en el mínimo, ni bonificarlo al 100%.

También es llamativo que Podemos incluyera en su programa electoral revisar este impuesto para quitar las posibles bonificaciones que tuvieran (si lo pagaban los ciudadanos, las bonificaciones serían de éstos) lo que en la práctica era proponer una subida, como subida hicieron en Aragón a instancias de esta formación, por mucho que Pablo Echenique ahora se indigne.

Lo curioso es que todos ellos, empezando por los socialistas y acabando por el PP, pasando por Podemos e Izquierda Unida, a ninguno se le pasara por la cabeza antes que este impuesto lo pagaban todos los ciudadanos, todos. ¿No se dio cuenta Echenique cuando compró su nueva casa recientemente en Madrid (el que iba a seguir viviendo en Aragón… ya se sabe…)? ¿No sé dieron cuenta Zapatero, Sánchez, Casado… Pablo Iglesias?

¿De verdad que Iglesias no se percató de que pagaba este impuesto cuando compró su palacete?

Es decir, no saben ni a quién le cobran los impuestos, ni saben qué pagan ellos mismos… esto sí es para indignarse.

No es menos sorprendente que estos mismos partidos de izquierdas quieran subir el impuesto por heredar, cuando es indecente que haya que pagar un “extra” al Estado por recibir algo por lo que tus padres ya pagaron en su momento y por lo que han ido pagando lo que les correspondía, y tú seguirás pagando lo que te corresponda.

Pero el asunto ya llega al culmen de la impostura cuando Pedro Sánchez dice con solemnidad que por Decreto, desde ahora pagarán los bancos. La pregunta es por qué no elimina el impuesto… igual que se creó de la nada, puede ser dejado en nada.

No, es mejor dejarlo ahí, porque al final, los bancos lo repercutirán en el prestatario mediante cualquier fórmula, pero claro, queda más megaprogre decir que paguen los bancos… como si los bancos fueran entes abstractos, como si los bancos, a partir de este momento, no decidan subir las comisiones que cobran a los usuarios y crear otras nuevas, como si fueran a reducir los intereses que pagan por los depósitos, como si no fueran a despedir personal…

Mantener el impuesto solo tiene por objeto que siga financiando a las CCAA, pero hay que ser muy torpe para no comprender que seguiremos pagando los mismos mediante cualquier subterfugio.

¿Y qué habría pasado en caso de que el TS hubiese decidido mantener la decisión anterior, que pagara el banco en vez del usuario, y además con carácter retroactivo?

Los bancos, en todo este entramado impositivo, se limitaban a cobrar al usuario y entregarlo al beneficiario, que era la Hacienda de las CCAA, por tanto, eran éstas quienes debían devolverlo. Es decir, dinero público –de las CCAA, o sea, nuestro- tendría que ir a manos de los ciudadanos otra vez… y luego las CCAA se lo tendrían que pedir a los bancos, que tendría varias opciones, pagar o no, pero siempre con la posibilidad de llegar hasta las más altas instancias jurídicas europeas porque ellos se limitaban a acatar una ley y un reglamento que, si no estaba bien desarrollado no era culpa suya, y junto a todo esto, podrían sacarnos a nosotros el dinero por otro lado.

Por eso lo que hay que pedir es la eliminación de este impuesto, que es la única manera de que ni de un modo ni de otro, lo acabemos pagando los mismos.

Y una última reflexión que se me ocurre ante la cara de indignación de Pablo Iglesias y su exigencia de retroactividad ¿no tendrá algo que ver con que quiere que se lo devuelvan a él? La verdad es que no le deseo ningún mal –por eso no le deseo ni que gobierne, que es tarea dura y desagradecida- pero ya le veremos pidiendo la eliminación del impuesto de sucesiones cuando piense en hacer testamento en favor de sus hijas.

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