Viernes 04 de enero de 2019
El cargador se lo dio a un compañero antes de irse de fiesta diciéndole “guárdamelo que me conozco”
Un legionario de destinado en el grupo de Caballería Ligero Acorazado "Reyes Católicos II de la Legión de Ronda (Málaga), participó, con el cometido de conductor de BMR VEC, en el ejercicio Black Dragon 17 que se desarrolló durante los días 10 a 16 de mayo de 2016 en el campo de maniobras "Álvarez de Sotomayor" de Almería y ha sido condenado a tres meses y un día de con las accesorias de suspensión militar de empleo, cargo público y derecho de sufragio pasivo durante el tiempo de la condena, por haber sido encontrado borracho y sin su arma reglamentaria.
Las circunstancias que describe la sentencia a la que ha tenido acceso Noticias de Almería, son bastante sorprendentes, ya que sobre las 06:00 horas del día 16 de mayo de 2016 fue encontrado por un sargento y un cabo en el interior del vehículo militar Aníbal, concretamente en el asiento del copiloto, destinados ambos en la Brigada Paracaidista "Almogávares VI" de Paracuellos (Madrid), vehículo que se encontraba situado a un kilómetro aproximadamente de su vivac. Los militares procedieron a abrir la puerta del vehículo para despertarlo, “notando un fuerte olor a alcohol”, le movieron “ pero éste no respondía a ningún estímulo por lo que decidieron trasladarlo dormido hasta la entrada de la Base Militar haciéndose cargo del mismo la Policía Militar”. El Cabo llegó a afirmar que como no reaccionaba de ninguna manera llegó a tomarle el pulso.
“No se ha podido determinar el momento exacto en el que se produjo la embriaguez, el acusado admitió que la noche anterior bebió alcohol, aunque solo dos cervezas, pero que se sintió embriagado. Independientemente de cuando se produjera la ingesta de alcohol lo relevante es que ésta le condujo a un estado de inconsciencia, que no solo le impidió una disponibilidad potencial para el servicio sino también, una actual, al no poder cumplir con su cometido de conductor de vehículo una vez hubo que efectuar el repliegue” recoge la sentencia.
Posteriormente, sobre las 7.00 horas de ese mismo día, cuando despertó el soldado, se presentó primero ante el Sargento y posteriormente ante su Teniente Jefe de Sección, con síntomas de embriaguez, diciéndole a este último que se había quedado dormido a varios Kilómetros del vivac porque había bebido alcohol y que había perdido la pistola que portaba. Al final fue encontrada a un kilómetro aproximadamente de la cantina.
Se da la circunstancia de que el legionario no recordaba qué había pasado con su arma, si bien otro compañero declaró ante el tribunal que aquella noche, antes de irse a la cantina, él le dijo "guárdame el cargador que me conozco", que luego volvió sobre las 6:00 aproximadamente y le dijo "oye niño ¿yo te di la pistola y el cargador no? A lo que el declarante le dijo que solo el cargador y añadió que si le dio el cargador “sería porque pensaba que se podía emborrachar”.
Especialmente llamativo es que en la sentencia se detalle que un capitán manifestara que no entendía como durante unos ejercicios se sirve alcohol, “que no es un hecho normal”. Por su parte todos los testigos preguntados por este aspecto, afirmaron que “la noche que finalizaron los ejercicios se consumieron bebidas alcohólicas”.
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