Opinión

Las élites almerienses nunca han querido a esta ciudad

Mariano Junco | Martes 30 de abril de 2019

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Hay un dicho muy conocido que dice: quien bien te quiere, te hará llorar. Muy discutible, porque quien de verdad quiere, nunca puede, ni debe hacer daño. Pero las élites almerienses de ahora y de siglos atrás, en lo que se refiere a patrimonio urbano e histórico, se lo han creído a pies juntillas. Bien lloramos los habitantes de Almería las actuaciones que los mandamases políticos, económicos, sociales y culturales de esta ciudad realizan contra su patrimonio. Esos que están todo el día dándose golpes de pecho, presumiendo de su almeriensismo, resulta que no solo no protegen a esta ciudad de los desmanes urbanísticos, sino que son ellos mismos los que lo provocan.

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Recientemente, hemos tenido conocimiento de que restos de la muralla andalusí del S. X encontrados hace tres años en el barrio de Pescadería-La Chanca, además de ocultarse públicamente su hallazgo, van a quedar sepultados próximamente, porque se va a construir un bloque de viviendas justo encima.

Otro episodio bochornoso más que añadir a la larga lista de desmanes. La especulación urbanística, la ignorancia y el afán capitalista de obtener ganancias a corto plazo, de los que dirigen y han dirigido esta ciudad han dado lugar a la desaparición de casi todo nuestro patrimonio histórico- cultural. Lo poco que queda en pie, como la Alcazaba o las murallas, están que dan pena. Y hablar de casco viejo en Almería suena casi a broma.

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Ningún ayuntamiento, sea del signo que sea, ha hecho nada por detener esta sangría. Solo han sido fieles servidores de intereses mercantiles de la oligarquía local y de las grandes empresas de fuera.

Desde ALMERÍA REBELDE, coalición para las elecciones municipales próximas, formada por tres partidos: Partido Comunista del Pueblo Andaluz, Nación Andaluza e Izquierda Anticapitalista Revolucionaria, y por personas independientes, exigimos poner fin a este disparate. Pero no engañando a la población, prometiéndole que si llegamos al ayuntamiento vamos a cambiar esta situación, porque para ello, no basta con echar un voto, se necesitaría una autentica rebelión en la conciencia popular.

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Lo que haríamos en primer lugar, en caso de llegar al Ayuntamiento sería, no dejar en manos de los políticos, empresarios, ni de los tecnócratas estos asuntos. Y en segundo lugar hacer un llamamiento a la participación popular y a la toma de decisiones, a través de asambleas de barrio, y de colectivos interesados en el respeto a nuestro patrimonio. Es la única manera de poner freno a tanto desmán urbanístico contra nuestro patrimonio. O la clase obrera y las capas populares hacen suya esta reivindicación o no habrá nada que hacer. Y para eso, es para lo único, que pediremos el voto para ALMERÍA REBELDE para concienciar y para movilizar. Todo lo demás es más de lo mismo.

Sólo enfrentándonos a los intereses de los ricos y de los oportunistas ignorantes podremos algún día defender y conservar lo bien poco que nos queda de nuestro Patrimonio.


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