Debajo de todo el mercado musical en el que se imponen ciertos sonidos o fórmulas del éxito, hay otros artistas que logran mantener una legión de seguidores allá donde van sin tener la necesidad de sonar en las radios comerciales. Devotos que conocen cada una de sus canciones, sin importar que pertenece a su primer disco de hace casi veinte años, o al más reciente, el decimosexto, que vio la luz hace escasas semanas. Ese es el caso de Sonia Priego, conocida para el mundo de la canción como ‘La Húngara’, que actuó anoche en el Auditorio Municipal Maestro Padilla, en el marco de la programación de la ‘Primavera Cultural’ puesta en marcha por el Área de Cultura, Educación y Tradiciones del Ayuntamiento de Almería, en este caso con la colaboración de la Asociación Promoción Gitana Tchatchipen.
Con 16 discos en el mercado con poco más de 39 años, La Húngara desplegó el poderío de su llamada a filas como si de una ‘Daenerys’ de la rumba y los tangos se tratara. Calor y ritmo a compás con una facilidad pasmosa para prolongar los temas hasta el jaleo colectivo en unos casos o para enlazar estrofas de varias canciones a modo de popurrí, de los que hubo para todos los gustos.
Además de estar acompañada por sus músicos de confianza, Jairo a la guitarra, Jesús al bajo, José Luis en batería, Emilio Ricart “El Chambe” en los teclados y sus dos coristas, La Húngara hizo las delicias del público sacando al escenario a su hija Laury, con quien compartió dos temas, ‘Déjala Volar’ y ‘A Mi Laura’, dos canciones especialmente vibrantes al recordar que se celebraba el Día de la Madre.
La velada arrancaría con ‘No Me Busques Más’, ‘Abre Los Ojos’, ‘Niña Bonita’ y la balada ‘Qué Importa Si Hablan’, temas recientes que conviven con naturalidad con clásicos como ‘Me Duele El Corazón’ o ‘Juegas Al Amor’, ‘Tanto Tienes’ o ‘La Húngara Te Canta’, en una fase de varias canciones de los primeros discos.
Si también lo hizo por tangos, La Húngara recuperó estrofas famosas por bulerías en un fin de fiesta final que puso, una vez más, al público en pie y los numerosos niños y niñas presentes rodeando a su artista favorita.
Sonia Priego nació el 21 de enero de 1980, en Écija (Sevilla). Desde bien pequeña quiso ser artista, no paraba de bailar y de cantar, y por eso, amigos y familiares la llamaban “La Húngara”. Después de terminar los estudios, iba de casa en casa con la vespino de su hermano, a dar clases de baile, hasta que por fin pudo montar su propia academia de baile flamenco.
Una noche de abril en una despedida de soltera, animada por su hermana y unas amigas, acude a un karaoke de Sevilla y canta ‘Ese Hombre’ de Rocío Jurado. El Kaly, que también estaba en el mismo karaoke, la escuchó y la puso en contacto con el productor Francisco Carmona, el cual se queda prendado de su voz. Ambos deciden luchar en ese mundo tan difícil como es el de la música y preparan las maquetas que son enviadas a diferentes productoras, hasta que JJ Record's decide apostar por ella. Llega el momento de elegir un nombre para Sonia, un nombre diferente y que impacte, Francisco Carmona escuchó que una de sus alumnas la llamó “La Húngara” y fue elegido como su nombre artístico.