Rafael M. Martos | Viernes 12 de julio de 2019
Más que resistencia, lo de Pedro Sánchez es pura ambición, pero no seré quien se sume al coro de que “pacta” con independentistas, porque lo cierto es que hasta el momento, y en lo que a Presidencia del Gobierno se refiere, no es así.
Sánchez no había pactado nada con nadie en relación a la moción de censura, y de ahí que su cara de sorpresa al resultar elegido fuera únicamente comparable con la del bolso que lideraba el banco azul del Congreso en aquella última jornada.
Sánchez ganó sencillamente porque quien perdió fue el PP, ganó porque a todos les unía echar a Mariano Rajoy, y de ahí que una vez alcanzada la Presidencia... esa supuesta unidad se deshiciera como un azucarillo. No pactó con los independentistas como decía la derecha, o de lo contrario hubieran salido adelante los presupuestos generales.
Ahora Sánchez está en situación similar, pero no los demás.
Sánchez quiere revalidar el cargo como ya le ocurrió en la moción de censura, gratis, pero ahora es distinto, ahora él es el presidente, y es él quien se la juega. Antes, lo peor que le podía haber sucedido es quedarse como estaba, sin escaño y fuera del Congreso tras una moción perdida como todas las anteriores de nuestra reciente historia.
A Sánchez no le falta razón cuando explica que si mete en el gobierno a Podemos, sería un error, ya que no le garantiza una mayoría absoluta, y que a la vez se le complicaría alcanzarla por el posible rechazo de algunas otras formaciones a la de Pablo Iglesias. Además está el propio Iglesias, descalificando como “poco fiable” a Sánchez y al PSOE como justificación para querer entrar en el Gobierno, y la ausencia de propuestas programáticas más allá de los sillones del Consejo de Ministros.
Por eso Sánchez quiere el apoyo de Iglesias gratis... porque él lo vale... quiere el apoyo basado solo en propuestas programáticas, porque una vez que sea presidente investido... ya veremos qué se hace y qué no... y con quién. Sinceramente, esto no daría ninguna estabilidad porque volvería al punto de partida que obligó a adelantar las elecciones. A ver cómo sumarían PSOE-UP para aprobar unos presupuestos para los que ellos no son suficientes.
No contento con eso, Sánchez está dispuesto a recibir el apoyo activo o pasivo de Ciudadanos, e incluso el del PP, pero en ningún momento ha mencionado su intención de sentarse a negociarlo con ellos, a tan siquiera pactar unas condiciones programáticas. No. Al igual que Podemos debe darle sus votos sencillamente porque es de izquierdas, Cs y PP deben dárselo para que no se vea abocado a pactar con la izquierda y los independentistas.
Sánchez lo quiere todo, gratis y ya, como los niños caprichosos, que se cuando se enfadan rompen el juguete... y convocan elecciones.
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